Capítulo 32: Luna de miel.

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Después de la ceremonia, nos fuimos al banquete el cuál fue genial, no me hubiera nunca imaginado que a mis 20 años estaría casado, pero sin duda desde que le pedí matrimonio no hemos parado con los preparativos, ponerse de acuerdo tres parejas no era fácil y menos cuando se metían los padres, sin olvidar que tenía una hija.

- Menos mal que la Luna de Miel solo estaremos nosotros.

- La que quería casarse con las chicas fuiste tú.

- Por que ya que nos pedisteis matrimonio el mismo día, pues se me paso eso por la cabeza.

- Me gustó la idea y ha sido maravilloso el banquete, y la ceremonia ¡en!

- Termina esposo mío de buscar en la maleta.

- No encuentro el bañador.

- ¿Donde quieres ir?

- Vamos cariño, los dos.

- ¿A donde vamos?

- A la playa, estamos en Hawai.

- Lo sé. ¿Por que Hawai?

- Por que tú primo quiso ir a Cancun y Unax a Francia, y se me ocurrió vení aquí.

- Te gustaba esos lugares más que este ¿Verdad?

- Me gustaba más Japón pero era mis otras opciones, estuve pensando dos días hasta que vimos esos dibujos del extraterrestre.

- Se llama.....

- ¡Aquí  está! -La interrí.

- Vale, vamos a cambiarnos mi vida.

- Cuando volvamos vamos a ir a por mi hija para llevarla a la playa unos días.

- Me parece una gran idea Dieter, a Esperanza le encantará ver el mar.

- ¿Es duro verdad?

- ¿Lo que?

- Ver todos los fin de semana a Eva.

- Tanto como para ti.

- Es la única forma de que no se me insinúe.

- Lo sé,  no te preocupes.

- Esa mujer es un dolor de cabeza.

- Lo sé.

- Esperanza es una eterna unión con Eva.

- Dieter todo esto lo sé, y creó que no es el día para hablar de ello, esta semana es para nosotros, hemos tenido muchos días para hablar de todo, esta bien que sueltes lo que sientes pero debes hacerlo en el momento, no a los días, meses o años. ¡Vamos! Tenemos que desconectar del mundo.

- Es verdad mi reina.

Nos bañamos en la playa, comimos en el Hotel todos los días, dimos paseos por la playa cada noche, pero no paso nada, el sexo y ella era como agua y aceite, y yo llevaba dos años a pan y agua, entiendo que tenga miedo, pero estabamos en Hawai y quería estar con mi mujer, una vez al menos antes de que mañana volviéramos a casa, nunca en estos dos años la había tocado, la respete y respetó, pero quería  sentirla completamente.

- ¿Vienes a la cama?

- Voy amor. - Dije secándome las manos.

Camine hacía la cama y me eche a su lado.

- Me da vergüenza, tengo miedo y a la vez quiero complacerte, sobre todo por que en todo este tiempo me has echó sentir única, amada y sin tocarme, sabías que llegar pura al matrimonio era importante para mí.

- Cariño ¿Que quieres decirme con todo eso?

- Que quiero que seas delicado, por que quiero ser tuya en todo los sentidos.

Los ojos se me abrió como platos y me lancé hacía ella, la besé una y otra vez.

- ¿Segura?

- Lo he estado pensando mucho y sí, o eso creo.

Ahí fue cuando me dio el pitoletazo de salida para estar con ella de esa manera tan especial.

La Chica De Cabello PelirrojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora