Capítulo 21: Tenemos que hablar.

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Cayó la tarde, me recogí de la piscina, me duche y me puse un vestido para estar fresca y cómoda. Camine hacia la heladería para tomarme un batido helado y esperar a mi primo que llegaría con Diana. ¿Iba enserio esa relación? Me preguntaba mientas me tomaba el batido helado de chocolate.

- Te lo juro prima va en serio. 

- Tú y novia en una misma frase.

- Sí zanahoria ¡Quiero arriesgarme!.

- Puto Ken, me alegro de verás por ambos.

Me levante y di un abrazo a mí primo, luego hice lo mismo con Diana.

- Bueno que íbamos a preguntarte si venías con nosotros cuando acabe las vacaciones a estudiar en la ciudad de Diana.

- ¿Mudarnos?

- Sí prima.

- ¿Y si no quiero?

- Pues te quedas donde estas ahora, no hay problema.

- No sé aun que hacer, dejame que lo piense, aún queda.

○● Dieter ●○

Estuve todo el día solo con Unax, hasta que llegó la noche. Me quedé en un banco sentado, llorando, sintiendo un vacío enorme en mi pecho, como necesitaba a mi abuela, esa mujer que me escuchaba, guiaba, que nunca me juzgaba, me apoyaba y quería con su vida. Cuando miré la hora llevaba dos horas llorando cómo un niño.

- Abuela estés donde estés ayúdame, ayúdame a no hacerle daño a ninguna, y hacer las cosas como se debe. -Dije mirando al cielo llorando aún.

- ¿Aún aquí?

- Unax, la.....

- Lo sé, se que la necesitas. -Me interrumpio mientras se sentaba a mi lado.

- Lo que daría por tenerla 5 minutos.

- Eres parte de ella, vas a hacer lo correcto. Te quiero amigo.

- Y yo loco. Vamos a casa, que está Sofía sola con Eva. ¿O ya llego Diana?

- No llego ni llegará.  Se queda a dormir en casa de Axel.

- Que rápidos son los dos.

- Muuuuuuuuuuuuucho.

Caminamos en silencio, no entendí como Unax estaba seguro que haría lo correcto.

- Ya estamos aquí. ¿Nena donde estas?

- Unax, amor estamos en el salón viendo la televisión.

- Dieter y yo vamos a subir a ponernos cómodos.

- ¿Cómo ponernos cómodos?

- Tú darte una ducha y quitarte la mitad de tus problemas y yo ponerme el pijama.

Hice caso a mi amigo. Después de eso me sentí mejor, baje y me dirigí donde estaban las chicas.

- Eva, tenemos que hablar, o más bien yo tengo que contarte algo, que me está matando por dentro.

Eva se levantó y fuimos a la cocina a hablar, mala elección ya que había armas blancas. Pero no quería que me viera la pelirroja con ella y tampoco decirle delante de los demás, aunque todos sabían ya lo que había ocurrido, vi más correcto hacerlo así.

- Eva, tengo que confesarte algo, quizás sea muy directo pero aun que ya no estemos lo que hice estando contigo no está bien y prefiero que lo sepas. -Se quedo en silencio esperando que hablara- Besé a la chica de a lado.

- ¡¿CÓMO?!

- Fui a su casa entre y la besé. Lo siento.

De momento sentí su mano en mi mejilla.

- ¡ERES UN CABRÓN, YO QUE TE HE ECHO PARA QUE ME HAGAS ESTO?

- Yo no tengo escusas, pero tu no eres una santa, estabas con un tipo el otro día, que cosas tus amigas ahora tienen polla.

- OLVÍDATE DE MÍ. ¡LLÉVAME A CASA AHORA MISMO!. TE HAS REÍDO DE MÍ.

- Yo no me reí de ti. Sólo tú llevas meses extraña y yo cada día te siento más lejos.

- ¡ESTOY CÓMO SIEMPRE!

- No Eva, no lo estas. Te he amado cómo no te imaginas, pero por tu cambio, me he fijado en otra. Lo siento. Ve a recoger las cosas y te llevo a casa.

Salió corriendo de la cocina.

La Chica De Cabello PelirrojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora