Capítulo 22: En el camino.

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De camino a casa para soltarla iba pensando en como reaciono. Su <<te has reído de mi>> no era lo que esperaba, esperaba más un "yo te amaba y te amo, mientras juegas con otras. ¿Cuantas veces has echo eso?". Conduci con estos pensamientos todo el camino. Ella ya no me quería estaba conmigo por estar. Lo peor de todo era que me ardía aun la mano que dejó señalada en mi cara. Encima me jodia tenerla que traer cuando en unos días tenia la ITV del puto coche de mi madre, a eso suma la calor que hace y más en el coche.

La solté y me volví a subir en el coche, antes de arrancar llame a la pelirroja puse el manos libres y arranque.

- ¡Aló!

- Miryam acabo de traerla, le conté todo.

- ¿Estas loco?

- Quiero estar feliz y tranquilo conmigo mismo. ¿Tú aún quieres estar conmigo?

- Claro que sí.

- Nos vemos en un par de horas, y lo decimos.

- ¿Tan pronto?

- ¿No quieres nena?

- Despacito mejor, es muy rápido para mi primo, dejas a tu chica y sales conmigo al otro día. ¿No te parece?

- Vale pero por que así vemos antes cómo saldría y luego si en un tiempo estamos bien juntos lo decimos.

- Exacto, pero un corto tiempo, no 5 años.

- Claro.

El camino se estaba haciando eterno, tenia unas ansias locas por llegar y tenerla entre mis brazos, besarla, sin olvidar que tenia ganas de decirle que la quería que en unos días me a echo sentí algo que hacía tiempo no sentía y sobre todo nunca con tanta intensidad, andábamos aun por teléfono pero yo más que oírla o hablar pensaba en todo lo que quería decirle.

- ¿Dieter? ¿Estas ahí?

- Sí -Dije saliendo de mis pensamientos.

- ¿Me has oído?

- La verdad que no.

- ¡Serás!

- Perdón voy a parar a comer algo te llamo nada más suba de nuevo al coche.

- Vale, ten cuidado y que aproveches.

- Te quiero.

- Y yo. Chao.

- Chao.

Estacione y entre a un bar de carretera, estaba muerto de hambre, me pedí unos pinchitos con huevo y papas, para tomar pedí un refresco de limón, después de devorar eso como seguía con hambre me pedí un trozo de tarta de manzana y encima de eso como aun tenia hambre un batido de chocolate, ya después de eso sí que sí tenia que cojer el coche o comería más y más, no se que me pasaba que me moría de hambre. ¿Serán los nervios? Si seguro que era eso, por que lo estaba y mucho, al fin podía besarla sin sentirme culpable y hacer daño a nadie, esto ya era serio y muy serio, a mi no me gusta jugar a ser novios, subí al coche marqué, arranqué para ir a lado de mis amigos y de la chica que quería.

- ¿Te has comió un hipopótamo?

- Casi, no le quedaban hipopótamo de primera clase.

Oí cómo reía por mi comentario bromista.

- Claro entonces pediste un rinoceronte o algo así.

- La verdad que era pinchitos de ternera,  así que me comí un toro y el huevo de gallina así que también una gallina.

- Ves equivalente al hipopótamo.

Todo el camino estuvimos hablando de tontirias y riendo como hacia mucho que no reía. Eso me encantaba.

La Chica De Cabello PelirrojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora