🗡Capitulo 14🗡

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Narra Hina

Una vez más, me perdí en sus ojos, a pesar de que en este momento no tuviera, podía verlo por los censores que el titan tenía y me gustaba sentir su mirada en mi, solamente en mi. Acerqué un mano a él y lo acaricié, pareció no asustarle mis garras o cuerpo lo que me hacía feliz de cierta manera ya que pensé que se alejaría.

-Berth...- intenté decir.

En ese momento sentí como todos me miraban, desvié la vista hacia ellos curiosa de su reacción y fue entonces que escuché a Hanji gritar:

-¡Hablaste! ¡Hazlo otra vez! ¡Di mi nombre!

La verdad no entendía muy bien qué quería sacar con eso, pero decidí complacerla para ver sus reacciones.

-Hanji...- dije mientras acercaba una mano a ella y le acariciaba el rostro.

Noté que ella se sonrojó de golpe y comenzó a sacar humo de la cabeza, parecía emocionada de que un titan mencionara su nombre le provocaba una especie de placer. Ella tomó mi dedo y comenzó a decir que lo repitiera, reí internamente por la actitud infantil de mi amiga, pero realmente sabía la fascinación que esto le causaba.

Repetí un par de veces más el nombre de ella cuando escuché la voz de Erwin:

-Hina, sal de ahí.

Asentí, tomé a Bertholdt y lo dejé con suavidad en el suelo, me alejé de ellos unos metros y sin pensarlo comencé a desgarrar mi nuca, dolía demasiado, pero sabía que eso no era real ya que esto era una extensión de mi cuerpo. Cuando me desconecté, el titan cayó al suelo, saqué la cabeza, di una bocanada de aire e intenté bajar del cuerpo, pero mi intento fue fallido, mis piernas no respondían.

Caí, esperé el golpe, pero éste nunca llegó y en su lugar sentí unos brazos fuertes, miré y lo que vi fue algo que probablemente me traiga problemas.

-Bertholdt.- susurré al verlo.

En cuanto llegamos al suelo, Hanji y mi hermano se acercaron a mi corriendo, pero al revisarme vieron que estaba bien a excepción de unas heridas abiertas, pero nada de que preocuparse. Hanji le ordenó al moreno curar mis heridas mientras ella atendía a Eren, miré un momento a mi hermano que me miraba con el ceño fruncido.

-¿Ahora qué le pasa?- pregunté antes de que desapareciera de mi vista.

****

Bertholdt me llevó a la enfermería, limpió y ahora se encontraba vendando mis heridas, se veía tan maduro con su gesto de concentración que pude lanzarme le para comenzar a besar y morder su cuello. Traté de controlarme, pero realmente no podía mantenerme lejos de él por lo que acerqué mi mano a su cabello y con delicadeza comencé a acariciarlo.

Al sentir mis dedos Bertholdt me miró de golpe, se sonrojó un poco y eso fue lo que comenzó a poner mi auto control al limite; dejé salir un suspiro, desvié la mirada y alejé mi mano de su cabello, no quería cometer una locura de la cual podría arrepentirme.

Estuvimos unos minutos en silencio, rodeados en un ambiente un tanto tenso cuando sentí como dejaba de mover las manos, lo miré de reojo y estaba por decirle algo cuando él me llamó:

-Hina.

Lo miré y antes de que pudiera decir algo sentí como algo chocaba con mis labios, cuando vi bien la escena me di cuenta de que Bertholdt estaba besándome. Coloqué mis manos en su pecho intentando separarlo sin tener éxito, estuve intentando unos segundos cuando nos separamos un poco para respirar.

-¿Pero... qué fue eso?- pregunté en un susurro.

Bertholdt me miró de una manera muy seria, me acercó a mi rostro y susurró.

Asi que siempre fuiste tu //Bertholdt&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora