Narra Hina
Estuve pensando un tiempo, algún lugar donde pude haber conocido a ese cerdo, pero ninguna imagen llegaba a mi mente, me levanté lentamente de mi lugar y comencé a caminar lentamente por la habitación, por lo menos donde las cadenas me dejaban.
Caminé y caminé hasta que una imagen apareció en mi mente, aquello aclaró mi mente y todo mi cuerpo se relajó, eran imágenes de aquel día en las murallas, cuando salí con Bertholdt en una cita. Él era el mismo cerdo que dijo blasfemias y me acusó de ser igual a las cosas al que él teme y con las que envenena la mente de los demás.
-Frolo...- susurré al recordar el nombre de ese cabrón asqueroso.
No pude dormir en toda la noche por darle vueltas a mis recuerdos hasta que por fin lo recordé. Estaba por cerrar los ojos y dormir un poco cuando escuché la puerta abrirse y pasos lentos andar por el pasillo hasta la celda donde me encontraba, abrió la reja de ésta y a paso lento se acercó a mi.
-¿Hiciste tu tarea o quieres que te ayude?- preguntó con burla.
Levanté la mirada con lentitud y con una sonrisa en el rostro.
-Ahora sé de donde te conozco... Cabrón.- susurré con burla mientras lo veía.
-¿¡Cómo te atreves a llamarme así?! Impura.- dijo para así abofetearme.
-¿Qué quieres de mi? ¿Quieres proponerme algo?- pregunté con una sonrisa arrogante y una risa suave llena de burla.
-No te hagas ilusiones impura. Todos allá fuera están corrompidos por el pecado, pero tú eres el demonio andando.- dijo mientras se acercaba a una de las antorchas.
-¿Demonio?- pregunté confundida.
-Sí, tu belleza es algo que solo puede ser concebido por el mismo demonio entre las llamas del infierno.- dijo mientras se acercaba a mi con la antorcha en mi mano para así alumbrar mi rostro.
-¿Y por qué ser bello sería un pecado?- pregunté confundida.
-Tú tientas a los hombres, les haces pensar cosas impuras con tan solo ver tu cuerpo, les haces hervir la sangre y eso no lo puedo permitir. Nosotros somos los últimos hijos humanos y es mi deber mantenerlos puros, pero tú has hecho que mi trabajo haya sido en vano así que te traje para salvarte de todo pecado que te consume.- dijo enojado mientras me miraba fijamente.
-Usted no me conoce como para decir esas cosas de mi.- dije seca mientras lo miraba desafiante.
-Te equivocas querida, desde hace años que te he estado buscando.- dijo mientras se alejaba de mi hacia una pared cubierta por una manta.
Cuando estuve frente a ésta, quitó la tela y alumbró un poco la piedra donde pude ver fotos mías. Todas ellas estaban tomadas cerca mío, en diferentes lugares incluido el subterráneo, haciendo diferentes actividades como bailar o entrenar y en diferentes edades.
-Eres un acosador, ¿Cómo te atreves a seguirme desde que era una niña? Una niña que no tenía ni idea de lo que era la tentación.- pregunté enojada y asqueada.
-Desde que te vi supe que eras una creación del demonio, pero debía confirmarlo.- dijo justificando sus actos mientras veía las imágenes.
-No eres más que un acosador y un pervertido.- dije mientras intentaba desatarme.
-Es así como tú me ves, pero para los demás soy un humilde hombre que busca su bienestar, un hombre confiable con el que dejarían a sus hijos teniendo la seguridad de que están bien.- dijo con una mirada obscura y pervertida.
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Asi que siempre fuiste tu //Bertholdt&tu
SonstigesMi vida siempre fue mala, pero tenía a mi hermano o eso pensé hasta que me abandonó por irse a la guerra y arriesgar su vida con sus amigos; Nunca volví a saber de él, pero podía asegurar que estaba vivo y, de alguna forma, era libre arriba mientras...