Narra Hina
En cuanto abrí los ojos supe que algo andaba mal, miré a mi alrededor y vi que me encontraba en una habitación fría y obscura, intenté mirar más allá de la obscuridad, pero no no podía distinguir nada mas que unos barrotes y grandes paredes.
Me levanté de la superficie fría y áspera, intenté levantarme, pero fue cuando vi que una luz iluminó el lugar, dejandome ver así a un hombre vestido con una toga color negro y con una especie de collar dorado.
-¿Quién eres?- pregunté con la voz áspera.
-¿No me recuerdas? ¿Quieres que te ayude a recordarme?- preguntó mientras se acercaba a donde me encontraba.
Dejé salir un gruñido, estaba preparada para lo que fuera, pero cuando intenté mover un brazo sentí algo muy pesado, miré de golpe y me encontré con mis brazos y piernas encadenadas. Me quedé viendo las cadenas cuando escuché el sonido de la reja de la celda abrirse, desvié la mirada de golpe para así encontrarme a ese hombre caminar hacia mi con una mirada aterradora; sus ojos estaban obscurecidos, su mirada irradiaba perversidad y maldad, la suave sonrisa en sus labios solo mostraba lujuria.
-Aléjate de mi.- gruñí mientras intentaba alejarme, pero estaba demasiado débil como para poder moverme con las pesadas cadenas.
-Vamos, deja que te ayude a recordarme.- dijo mientras extendía su mano hacia mi y daba pequeños pasos lentos.
-¡Aléjate!- grité para así levantarme de golpe haciendo que las cadenas se tensaran y ese hombre se asustara por el repentino movimiento.
-Está bien preciosa, te dejaré descansar lo que queda de la noche, pero te advierto que si no logras recordarme para cuando vuelva, yo mismo haré que recuerdes por los métodos que yo considere necesarios.- dijo con voz grave y con una sonrisa pervertida.
No dije nada, simplemente lo miré con atención hasta que salió de la celda, cerró la reja y terminó por desaparecer de mi vista entrando por la única puerta de toda la habitación. Cuando me aseguré de que él ya se había ido, aflojé el cuerpo y terminé por caer al suelo con cansancio.
No sabía quién era él, pero debía averiguarlo o él podría hacer algo de lo que posiblemente yo me arrepienta.
-¿Dónde? ¿Dónde te he visto?- pregunté en voz baja mientras abrazaba mis piernas con temor.
"Por favor... alguien que venga por mi."
****
Narra Bertholdt
No he podido dormir, algo dentro de mi quiere ir con Hina y ver si se encuentra bien, por alguna razón tengo el presentimiento de que algo malo está por pasar, pero no estoy seguro si es producto de mi imaginación o era producto de mi consciencia por haber ignorado a mi novia sin razón "aparente".
Me levanté de la cama y me senté en la orilla de ésta, estaba comenzando a perder la cabeza, pero debía mantenerme sereno o podría causar algún problema. Estuve pensando en lo que debería hacer cuando escuché la voz de Reiner llamándome.
-Bertholdt, ¿Qué sucede?- preguntó adormilado.
-No es nada.- dije seco mientras sentía mi cuerpo calentarse.
-Hey, sé que algo te pasa, ¿qué es?- dijo mientras le levantaba de la cama quedando sentada.
*Suspiro* -Tengo un mal presentimiento, siento que algo malo va a pasar y tengo miedo.- susurré mientras miraba con miedo mis manos.
-Supongo que tiene algo que ver con Hina, verdad?- preguntó mientras me miraba con detenimiento.
-Sí.- susurré rendido.
-Sinseramente creo que exageraste un poco en tu preocupación, por lo que deberías ir a hablar con ella antes de que las cosas empeoren.- dijo Reiner mientras me miraba con detenimiento.
-¿Ahora?- pregunté un poco inseguro.
-Yo diría que hasta mañana, pero supongo que no podrás dormir hasta que lo hagas así que ve, antes de que me arrepienta.- dijo con el ceño fruncido.
-Sí.- dije para así levantarme de golpe de la cama e irme de la habitación.
****
Caminé por los pasillos con un poco de nerviosismo, pensando en cómo le explicaría mi inquietud y tal vez le confesaría quién realmente soy, aunque esa última parte aún no lo tengo bien decidido. Seguí caminando hasta que llegué a su habitación, pero algo andaba mal ya que la puerta de ésta se encontraba un poco abierta y unos sonidos extraños provenían del interior.
Caminé con cuidado hasta el pedazo de madera, cuabdo estuve frente a éste lo empujé con suavidad dejándome ver la habitación en completa obscuridad y en medio de ésta una figura negra, parecía ser una persona con una capa que cubría totalmente su cuerpo; miré un poco más la escena y en un movimiento producido por esta extraña persona pude ver a Hina desmayada en el suelo.
En el momento en que vi a mi novia, tirada con un golpe en su bello rostro, la sangre me hirvió y por instinto lo ataqué. Lo tomé del cuello e intenté golpearlo para noquearlo, pero éste se le adelantó y golpeó mi rostro haciendome tambalear y caer, dandole el suficiente tiempo para tomar a Hina e irse por la ventana.
En cuanto me quedé solo, reaccioné y salí corriendo al patio donde esperaba encontrarlo y saber quién mierda era él.
-No te escaparás...
****
Cuando estuve en el patio no vi a nadie, corrí por todas partes buscandolo, pero no había rastro de ese hombre. Dejé salir un grito lleno de rabia y frustración, mis piernas perdieron fuerzas y terminé por caerme en el suelo, golpeé el rocoso suelo con furia, pero cuando el pensamiento de haber perdido a mi novia apareció en mi mente, las lagrimas recorrieron mis mejillas.
-Hina...- susurré.
-¡Cadete!- gritó alguien.
Levanté la vista y me encontré con la mayor Hanji, el capitán Levi y los demás cadetes mirarme con algo de sorpresa y curiosidad. Seguí mirandolos cuando escuché como Reiner me llama, pero nada en mi cuerpo reaccionaba.
-¡Bertholdt! ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?- preguntó mi rubio amigo cuando llegó a mi lado e intentaba levantarme.
-Se la llevó...- susurré con la poca voz y fuerza que me quedaba.
-¿A quién se llevó?- preguntó Levi mientras se acercaba a mi después de haber dado la orden de buscar al intruso a los alrededores.
-A Hina... ¡Se llevó a Hina!- grité con frustración al saber que no pude hacer nada para evitarlo.
-¿Sabes quién fue?- preguntó la mayor Hanji mientras me miraba detenidamente.
-No... pero le quité esto.- dije mientras le mostraba lo que aún sostenía en mi mano después de que se me escapara.
La mayor Hanji tomó el objeto y lo miró detenidamente para así susurrar:
-¿Esto es...?
Vi que ésta miró al capitán con sorpresa e impresión, pero yo no entendía nada, solo quería saber quién había raptado a mi reina para así romperle cada hueso, diente y desgarrarle cada vertebra y músculo que tenga en su patética excistencia.
"Mataré a quien se atreva tocar a mi reina."
CONTINUARÁ...
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Asi que siempre fuiste tu //Bertholdt&tu
De TodoMi vida siempre fue mala, pero tenía a mi hermano o eso pensé hasta que me abandonó por irse a la guerra y arriesgar su vida con sus amigos; Nunca volví a saber de él, pero podía asegurar que estaba vivo y, de alguna forma, era libre arriba mientras...