🗡Capitulo 30🗡

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Narra Hina

Una vez que mi gigantesco cuerpo apareció, pude correr con mucha más velocidad, pero a cada paso que daba podía escuchar como algo se acercaba a mi, no era un titan sino que era algo mucho más pequeño. No quiero saber de quién se trata ya que tengo miedo que sean aliados o soldados de la policía militar que estén a la orden de ese cerdo.

Seguí corriendo hasta que sentí como se enganchaban a mi hombro, volteé y tomé al individuo que se había atrevido a engancharse, pero al verlo todo mi cuerpo se relajó y por ende me detuve de golpe.

-Bertholdt...- susurré con sorpresa.

Lo miré con gran sorpresa, pero el sonido de caballos hicieron que mi mirada se desviara y así encontrarme con un escuadrón conformado por mi hermano. Relajé todo el cuerpo y la alegría me inundó profundamente, pero mi tranquilidad no duró mucho ya que el sonido de bengalas apareció en el ambiente.

Miré hacia éstas y noté que los colores decían que había titanes cerca por lo que todos corríamos peligro, miré a mi hermano con temor y sin saber qué hacer. Sentí como Bertholdt se movía en mi mano, lo miré y vi que se estaba preparando para saltar, pensé que quería bajarse, pero antes de que moviera un músculo éste se enganchó en mi hombro y se sentó en éste.

Sonreí un poco ya que sentía como acariciaba un lado de mi mejilla, en ese momento pensé que podría protegerlos hasta estar cerca de las murallas, pero si llegaba a luchar demasiado podría cansarme y terminaría en la deriva.

-Nanaba, Braun, Lenz, Fubar, Springer, Brouse e Ymir, ustedes llevarán a Hina de vuelta a la murallas.- ordenó mi hermano.

Abrí los ojos de golpe e intenté detenerlo, pero cuando iba a decir algo éste comenzó a cabalgar al origen de las bengalas seguido por los demás del escuadrón.

-¡Hina! ¡Ya escuchaste al capitán! ¡Vamos!- gritó Nanaba.

La miré y asentí, tomé a Bertholdt y lo dejé junto a su caballo, éste lo montó y salimos corriendo con dirección a las murallas.

-Espero que todo salga bien.

****

Estuvimos corriendo cuando fuimos atacados por titanes, tuve que defender a el equipo de éstos por lo que mi transformación no duró mucho, pero mi gigantesco cuerpo sirvió de carnada para las bestias. Una vez que me desconecté, los titanes comenzaron a devorar el cuerpo lo que me ayudó de escapar de ahí sin ser vista por alguno de ellos.

Corrí a unos árboles porque ahí se encontraban escondidos Nanaba y los chicos, monté el caballo de Bertholdt y una vez más salimos cabalgando hasta las murallas, pero no estaba segura de que fuéramos a llegar ya que el sol comenzaba a desaparecer y seguramente nuestra visión sería nula.

-Berth, alcanza a Nanaba.- le dije a mi novio mientras me abrazaba a su abdomen.

-Sí.- dijo para así apresurar el paso del caballo.

Una vez que estuvimos junto a mi amiga dije:

-Nanaba, no podremos llegar.

Ella volteó y me miró confundida.

-El sol está poniéndose y los caballos están exhaustos, si no nos detenemos en un lugar no podremos llegar.- dije seria mientras la miraba a los ojos.

-Está bien.- dijo para así desviarnos.

Bertholdt bajó la velocidad del caballo para así separarnos un poco y poder hablar, pero no podía mantenerme despierta por mucho tiempo aunque debía hacer el intento si quería sobrevivir un día más.

Asi que siempre fuiste tu //Bertholdt&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora