El Hijo De Mi Enemigo

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La escena era tan lamentable para la pequeña, sabia que Plagg podía

llevar las cosas al extremo y casi siempre por lo general no sabia

que esperarse de el ya que el antes mencionado pues siempre se superaba así

mismo.

Esta vez llevo su "depresión" a otro nivel, frente a la pequeña

estaban tres burritos gigantes sentados en el sofá

justo en frente del televisor.

- ¿Tan mal fue?.- Pregunto la pequeña al lider burrito.

-¿Como te sentirias tu si el amor de vida te viera debajo de otro

hombre?.- Pregunto el pelinegro.

-No lose soy una niña, mi unico amor es el chocolate y no creo que

el chocolate tenga sentimientos.- Exclamo la pequeña.- Nino vamos

ayudame a covencerlos.

-¿Por que yo?.-pregunto el moreno algo decaído, que una pequeña niña

le ganara en una apuesta había dañado su orgullo y su dignidad.( Adrien: A poco tiene? :v)

-Vamos, solo fue una pequeña apuesta no es como si te hubiera quitado

todas tus pertenencias.- Contesto esta rodando los ojos.

-Vamos Nathaniel ayudame con estos dos.- dice la pequeña al burrito

pelirrojo que se encontraba a la izquierda del pelinegro.

-Ahora como podre ver a Matias a la cara.- decia este sin prestar

atencion alguna a lo que Emma decia.

Ya harta de ver a los tres asi se marcho de la sala donde estos

se encontraban, iba a asegurarse de volver a esos 3 a la normalidad.

-Si sabes que es imposible.- dijo Alex.- volverlos a ellos a la

normalidad?.- pregunto divertido.

- Si Alex.- Dijo la pequeña con un brillo en los ojos.- puede ser posible yo lose.

-Entonces necesitaras un milagro.-dijo el pequeño.

-Claro que no.- dijo la pequeña.- estoy segura que podemos hacerlo juntos.

- No cuentes conmigo.-dijo el pequeño.

-Si me ayudas te comprare un helado.- dijo la Pequeña mirando al rubio

con una sonrisa complice.

-Que sean 5.-dijo este retando a la pequeña.

-2

-4

-Te doy 2 y una paleta.- dijo la pequeña.

-¿De que sabor?.-pregunto el rubio.

- Cereza

-Que sea de uva.- dijo este extendiendo su mano hacia su amiga.

-Hecho.- Dijo aceptando la propuesta del pequeñín.

-Bien entonces ¿con que empezamos?

-Necesitaremos pedir ayuda de alguien con mas experiencia.

Emma miro a los 3 burritos gigantes, ya llevaban 6 horas sentados en la misma posición.

-Y rápido.-exclamo la pequeña.

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-¿Papa?.- pregunto el pequeño rubio tímidamente.