La canción no va acorde a la lectura, pueden escucharla en cualquier momento.
*
Que difícil resulta el amor...
Pero que difícil resulta el amor para Miguel Rivera.
Un chico distraído, noble y humilde, que todas las mañanas se despierta muy temprano para comenzar con su rutina.
Levanta pesas durante media hora, toma una ducha caliente y se arregla para salir a la universidad, pero antes limpia su departamento, prepara el desayuno, alimenta a Dante y lava los platos. Sale a regar las flores del balcón a la misma hora todos los días sin falta, sin importar que haya estado lloviendo la noche anterior, en ese transcurso se la pasa fingiendo que no está buscando a nadie en el departamento de al lado, pero lo hace, está viendo a la única persona que le puede hacer reír incluso en los momentos más difíciles.
Y ahí está, justo como cada mañana.
Es considerablemente más bajo que él, como por una cabeza y media, su piel brilla contra el sol ante su naturaleza increíblemente pálida, su cabello siempre alborotado y enredado se ilumina en tonos azabaches, sus lindos ojos de color café están ligeramente rasgados, tienen forma de almendras y le da la sensación de estar adormilado todo el tiempo. A veces usa gafas de lectura, otras veces no.
Pero todas las mañanas Miguel puede observarle sentado ahí en el balcón, bebe una taza de té mientras lee algún libro de titulo difícil, tiene un gato rechoncho que duerme sobre su regazo mientras él solo deja que la brisa le acaricie el rostro con cada pagina del libro que pasa.
Le hace pensar que el viento solo existe con el propósito de mover su cabello.
Un lindo chico a decir verdad...
El moreno quisiera decir que no, pero eso sería mentir. La innegable verdad era que Miguel estaba completa y perdidamente enamorado de un chico al que no conocía.
Su vecino del departamento de al lado.
De entre todas las personas a las que conocía, a él iba a gustarle un extraño, un chico de actitud indiferente, retraído, serio e intimidante. Era un hecho que al mexicano le gustan los retos, porque de un tiempo para acá tiene como único objetivo en su lista conseguir que el joven se enamore de él, o bueno, al menos que se gire a mirarle, le de los buenos días o algo por el estilo.
Cualquier cosa de esa índole estaría bien.
Su plan es simple, fingir que está regando las macetas del balcón, que sacude un poco al rededor o cualquier tontería en la que pueda pensar en ese momento, porque sentía que si hacía lo mismo que el chico de sentarse a leer sería dejarse en evidencia, ¿no?
Y bueno, sí y no quería eso...
Además, ¿qué persona sana lee a las 8 de la mañana todos los días? Sin falta. A pesar de que Miguel agradecía que el pelinegro si lo hiciera, él no era muy partidario de esa clase de rutina.
En su distracción debía llegar el momento en el que el contrario se levantaba de su asiento, cerrando el libro y cargando al gato con la otra mano, siempre hacía dos viajes, primero dejaba su asunto de lectura dentro del departamento, donde el moreno ya no sabía que pasaba. Tardaba en salir un par de minutos más, pero siempre salía de nuevo, recogía la taza de té ya terminada y finalmente volvía al interior, pero para ese entonces Miguel ya se había metido corriendo a su propia casa.
Tomaba sus cosas, se despedía de su perro Dante y sacaba la basura de la cocina antes de salir por la puerta principal.
Incluso desde el otro lado podía escuchar con precisión todos y cada uno de los movimientos del chico. Escuchaba el segurito del balcón al ser cerrado, el ajetreo de un par de bolsas, sus llaves y como gritaba...
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"Razones"[HIGUEL]
FanfictionSerie de One-Shots sin continuidad en la trama. "Todo siempre había estado en contra de ellos. Sus personalidades tan opuestas, sus costumbres, sus similitudes escasas, los prejuicios tan marcados del mundo, el odio irracional, el miedo paralizante...