"Patinaje"

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Hay algo en lo que Hiro Hamada es bueno aparte del lado analítico y aburrido en él.

Algo que hace a Miguel silbar y maldecir en voz baja un "no mames", de lo mucho que le gusta observar. Le ha sucedido una sola vez en la vida, es decir, como cada mil años, pero vaya que cuando pasa es majestuoso de ver.

Hiro patinaba, ¡vaya! ¿Quién lo diría?

Porque él ni lo había visto venir.

Rara vez Hiro tiene buenas temporadas físicas en las que no se está enfermando constantemente o padeciendo un ataque de asma por cada pequeño esfuerzo a realizar. Y el pelinegro nunca se había dignado a contarle que le gustaba patinar sobre hielo. ¡Nunca! ¡Ni siquiera lo llegó a insinuar un poco!

Que las alergias, que sus miedos, que los problemas de salud. Ya iban varias y este cabrón no entendía que como parte de una relación y como pareja de alguien, su deber es compartir con él esa clase de cosas importantes para saber como actuar en el futuro si se llegaba a presentar alguna situación de emergencia.

Pero bueno, paso a paso, pensaba con paciencia una y otra vez.

...Era la primera temporada buena del chico. Se sentía bien y hasta ya podía gritarle a Miguel sin desafinar del todo por la falta de aire. Dentro de todo ese tiempo habían estado aprovechando para hacer las cosas que usualmente no podían hacer juntos.

Como usar las escaleras.

Caminar al parque o casi a cualquier lado.

Obligarle a sacar la basura sin excusas de por medio.

Pedirle que oliera comidas con condimentos fuertes*.

Lo básico que se debe de hacer en pareja...

Pero está vez, Hiro tuvo antojo de algo diferente y sorprendió a Miguel pidiéndole una "cita especial" eso solo le erizaba los pelitos del brazo y de la nuca. Su novio pidiendo esa clase de cosas con una sonrisa de dientes chuecos y ojitos brillantes, uniendo las dos manos al nivel del mentón en modo de suplica.

Se podría estar tratando de una aventura de salto en bungee* y él aun así aceptaría de manera estúpida. Solo por verle así de emocionado por la mayor cantidad de tiempo que fuera posible...

...Pero ahí estaba, completamente atontado, de nuevo. Viendo la fluidez de Hiro en la pista de hielo, lo feliz y radiante que estaba por el capricho cumplido, porque Miguel tuvo que cobrar muchos favores para que les permitieran usar la pista después de haber cerrado y así no tener que toparse a nadie más en el camino.

El pelinegro después le contaría la historia de como su hermano Tadashi le había enseñado a patinar hace muchos años, cuando tenía apenas unos siete años. Por lo que a dicha actividad le guardaba demasiado cariño en sus memorias de infancia.

Que el asiático quisiera hacer eso en compañía suya era muy significativo entonces. 

Cada vez que Hiro daba un salto por los aires los vuelos de su ropa se ondeaban casi por vida propia, un movimiento rápido, un par de vueltas y ya estaba de vuelta en tierra, sonriendo, a punto de reír a carcajada suelta. Miguel no entendía que estaba pasando, pero si le provocaba tanta felicidad a su novio, entonces por él estaba más que perfecto. Y aunque a veces caía, siempre se levantaba de nuevo con una linda mueca de tranquilidad en su radiante rostro.

Era la primera vez que el moreno podía presenciar aquella escena. El pelinegro equivocándose, fallando en algo que consideraba muy importante, y aun así, continuar de buen humor.

El mexicano se había limitado a mirar desde lejos, porque entre su humilde lista de talentos no estaba el saber patinar, y ahora, viendo que su chico lo hacía con tanta soltura y familiaridad, comenzó a preguntarse si realmente valía la pena salir allá y hacer el ridículo frente al asiático.

"Razones"[HIGUEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora