"Secuencia de pasos"

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Hiro si quería...

Claro que quería.

Pero lo mantenía en secreto, todo dentro de una larga, muy larga lista de cosas que en lo personal consideraba dignas de esconder. Pues las encontraba demasiado vergonzosas como para poder vivir con ellas abierta y libremente. 

Sí, encontraba como un motivo de pena el querer asistir al baile de invierno que organizaba la universidad cada año. Era quizá lo más bochornoso dentro de sus deseos y fantasías silenciosas.

Encontraba totalmente humillante imaginarse en un elegante traje nuevo, porque nunca había usado un smooking con motivos de celebración antes, con una linda y brillosa corbata de color azul cielo que hiciera juego con sus calcetines, con zapatos negros lustrosos y limpios, incluso ligeramente peinado con gel para el cabello. 

Podía imaginarse tomando una ducha previa a la noche del baile y usando colonia de esa que llevaba arrumbada en el fondo del armario desde que su tía Cass se la regaló en Navidad. Bueno, debió de tomarlo como una pequeña indirecta sobre su escasa, casi inexistente higiene personal.

Pero claro que no lo hizo.

...Pero, no. No, no, no. No, porque todo empeoraba conforme continuaba alimentando esos pensamientos absurdos y ridículos de una niña de secundaria. Mejor ya no seguía, mejor se detenía en este punto, o de pronto se imaginaría bailando y sosteniendo la mano de la persona menos indicada para quedar mal. Hiro era malo en todo lo que no tuviese que ver con el campo de la tecnología, bueno, para ser más exactos, no podía bailar. Punto, ya, no podía.

Su linda fantasía se arruinaba en el instante en el que divagaba un poco de más, sabiendo que dentro de la romántica y absurda pieza de baile imaginaria dentro de su exagerada cabeza dramática , tarde o temprano pisaría por accidente a su pareja y entonces todo de iría al carajo porque Hiro Hamada lo empeora todo en cualquier momento sin siquiera querer hacerlo.

Es un talento natural, algo que...solo pasa.

Había muchas razones por las que siempre se decía que no a si mismo ante la gran ilusión de poder formar parte de eso que quiso hacer desde el primer momento en el que conoció la tradición y en que consistía. 

Con muchas ansias ingenuas e inocentes se pedía en una voz silenciosa que por favor, por favor, se diera la oportunidad de poder cumplirse ese pequeño capricho insignificante, que lo merecía, que ya era tiempo de salir a conocer un poco, porque no era justo que los demás pudiesen divertirse con tanta libertad en un bonito baile de universidad mientras él se queda en la soledad de su habitación diciéndole a su tía Cass que no quiere bajar a cenar porque está ocupado con un proyecto demasiado importante.  

Cuando en realidad está arrepentido y triste...

Que al menos por esa ocasión dijera que sí quiere ir, que al menos, solo por una noche se atreviera a hablar con nuevas personas y a hacer nuevos amigos. Porque vaya que ya muchas personas le habían tratado de invitar al baile en el pasado, y todos, absolutamente todos y cada uno de ellos, eventualmente se dieron por vencidos en algún lejano punto del camino, debido a que ignoraba a aquella vocesita dentro de su para nada útil superdotada mente, esta le pedía casi a gritos que por favor aceptara, que si lo hacía se iba a divertir mucho, que iba a pasar una linda noche como siempre había querido hacerlo.

Solo tenía que decir que sí y ya. 

Porque en realidad si le gustaba mucho la música, las luces, los globos, la comida, le gustaba el ponche, le gusta sentir a su corazón saltar cuando recibía aquellas atenciones y era tratado de una manera agradable por alguien que se interesaba en él genuinamente. Le hacía mucha ilusión la llegada del baile de invierno.

"Razones"[HIGUEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora