Cincuenta años.

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Todo estaba oscuro cuando YiFan llegó del trabajo a casa. —Mi amor, ya llegué y no me vooy.— Gritó esperando a que fueran a recibirlo.

Había olor a comida y eso le agradaba, lo que no le estaba agradando era que su esposo no estaba corriendo a recibirlo, ¿dónde estaba LuHan?
Primero prendió la luz y buscó a LuHan por la planta baja, pasó por la cocina y comió directamente de la olla, estaba caliente, demasiado, tan caliente que se quemó toda la boca, eso significaba que su bebé la había apagado hace poco.
Tomó un poco de agua para intentar aminorar el dolor y siguió con su búsqueda, esta vez, subiendo al segundo piso, para poner el ambiente más misterioso, buscó por todas las habitaciones aunque sabía que LuHan estaría en la que compartían.

Cuando abrió la puerta y prendió la luz, vió un pequeño bulto en la cama, sonrió inconscientemente acercándose a él.

—¿Bebé?— Preguntó moviendolo un poquito. Escuchó como sollozaba y se preocupó, la sonrisa se borró al instante.— ¿Qué ocurre, mi vida?— Se estiró a un lado abrazándose a su esposo.

—¿Aún me quieres?— Preguntó mientras se daba vuelta para mirarlo. YiFan sólo lo miró con ternura, ese pequeño problema de inseguridad de nuevo.

Te amo más de lo que puedes imaginar.

—¿Estás seguro?

—Te he amado por más de cincuenta años, ¿Por qué eso tendría que cambiar ahora?

—Porque ya no soy joven, no soy bonito, mi pelo ya tiene canas y... Y tengo algunas arrugas.

—¿Y eso qué? — Su mano acarició el rostro de LuHan.— Yo te amo con el corazón, no con los ojos. Además, si nos vamos a preocupar por eso, entonces soy yo el que debería estar preguntando si aún me amas, soy un par de años más viejo.

—Pero...

—Pero nada. Te he dicho desde que tengo memoria que eres el amor de mi vida.

—Te amo tanto, tanto, Dragón.

—Y yo te amo a ti, mi Ciervo.

YiFan secó las lágrimas de su pequeño bebé, lo encontraba igual de hermoso que el primer día en que lo vió.

Se abrazaron y se besaron por un buen rato, hasta que LuHan decidió hablar nuevamente.

—¿FanFan?

—Dime.

—¿Cuánto es lo que recuerdas?

—¿Te he dicho que eres la persona más insolente que conozco?

—Me lo haz dicho por más de cincuenta años.

One Shot KrisHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora