Tragedia.

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La vida de YiFan en la cárcel era bastante aburrida, hasta que llegó LuHan.

Todos notaron como "el gran dragón" quedó completamente enamorado del pequeño.
¿Por qué? Porque LuHan siempre había encontrado algo positivo en las personas, incluso en él.

YiFan estaba ahí por asesinato, robo con intimidación y robo a mano armada.

LuHan estaba ahí porque lo acusaron de robar una tienda, lo que era completamente falso.
LuHan sólo tuvo la mala suerte de estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado.

La historia de ambos es muy graciosa.
Se habían visto algunas veces en los centros comerciales, habían estado en el mismo transporte público, vivían sólo a unas casas de distancia y ¡maldición! Habían orinado al lado de el otro cuando iban al baño en los centros.
Si eso no era estar destinados, entonces no sabían qué era.

Ah, YiFan lentamente fue escalando hasta quedar sobre muchos otros reclusos, era algo así como "el jefe" pero, a este jefe no le importaba nada, sólo quería estar tranquilo, nunca había "reclamado" a alguien, pensaba que era asqueroso. Hasta la llegada de LuHan.
En ese momento su instinto protector se activó y de inmediato quiso protegerlo.

Pero, ¿protegerlo de qué? LuHan, increiblrmente,se llevaba bien con todos, no había nadie que lo odiara, cada uno de los reclusos velaba por la seguridad del pequeño. ¿Cuándo había pasado eso en alguna cárcel?
Definitivamente, no tenía oportunidad de acercarse.

Grande fue su sorpresa cuando un día LuHan se sentó a su lado para conversar.

Hola, me llamo LuHan. ¿Quién eres tú? ¿Por qué estás aquí tan solito? ¿No tienes amigos? ¿También tienes tatuajes como Jay? Jay tiene muchos tatuajes, tiene un león en el pecho, creo que es adorable ¿sabes?

Cuando escuchó a LuHan, se dio cuenta de que era como un niño pequeño... Su niño pequeño.
Respondió a cada pregunta que le hizo y así estuvieron durante bastante tiempo, los segundos se hicieron minutos, los minutos horas, las horas en días, los días en semanas.

Ya tenían una relación cuando apareció ZiTao.
Él estaba ahí por vandalismo y por chocar un auto.

ZiTao en ningún momento dudó en acercarse a YiFan, pero, el gran dragón, sólo tenía ojos para su ciervo bebé.
Eso lo enfureció, porque él quería a YiFan.

ZiTao pensaba que él, era mucho más bonito que LuHan.
Era alto, su piel estaba bronceada y sus ojos eran pequeños y elegantes.
LuHan era bajo, blanco y con ojos gigantes. Ahí no había atractivo alguno.

ZiTao nunca creyó cuando YiFan le decía que estaba enamorado de LuHan, pensaba que era una simple calentura. Oh, que equivocado estaba.

Esa mañana trágica, LuHan estaba a punto de ir a ducharse, sólo faltaba que su novio le soltara y ya. Podría levantarse. Pero YiFan no quería soltarlo, algo le decía que era una mala idea dejarlo salir de la celda, así que lo abrazó con más fuerza.

Por favor, no te vayas.

—Pero huelo feo.

—Claro que no, mi amor. Por favor, quedate aquí conmigo.

El pequeño asintió y se acurrucó en los brazos de su novio, no sin antes besarlo y recordarle lo mucho que lo amaba.
YiFan hizo lo mismo, le dijo todo lo que sentía por él, incluso, le pidió matrimonio. Pero, YiFan no podía sacar ese mal presentimiento.

Cuando, media hora después se levantó porque lo llamaban desde otro lugar, el nudo en su estómago seguía ahí. No entendía qué pasaba, pero fue, porque lo necesitaban para arreglar asuntos internos.

De haber sabido que cuando volviera a su celda con su novio, este estaría muerto, jamás se hubiese movido de su lado.

No podía creer lo que miraba, su LuHan, su pequeño ciervo, estaba en la pequeña cama que compartían... Muerto.

De pronto apareció ZiTao, le preguntó qué ocurría, fue entonces cuando YiFan se cegó, sus manos fueron directamente al cuello de ZiTao y lo ahorcó.
ZiTao le apuñaló, con el mismo cuchillo que había apuñalado a LuHan, justo en el mismo lugar donde le había dado a LuHan, su corazón.

Cuando vio que YiFan se desplomaba se asustó, no supo que hacer, lo único que atinó fue a dejarlo sobre la cama, junto a su novio. Pero, no fue tan cruel, porque, los dejó con una pose, ambos se abrazaban.

Luego corrió a su celda, se escondió ahí, nadie podía culparlo, YiFan y LuHan se estaban abrazando, definitivamente no iban a sospechar de él, que gran idiota fue al pensar eso.

Ni cinco minutos pasaron cuando llegaron los reclusos a reclamar venganza por la pareja.

ZiTao desapareció, nadie dijo nada, nadie se preocupó.

Las únicas muertes que dolían eran las de la pareja.

LuHan y YiFan hacían que ese inmundo lugar, pareciera acogedor. Sobre todo LuHan, cuando se daba el tiempo de escuchar y compartir con todos.

Los reclusos nunca habían sido tratados como los trataba LuHan, como personas.

Esa cárcel, nunca había estado tan triste luego de unas muertes.

One Shot KrisHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora