Capítulo 15

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La confesión del secreto de Castle había vuelto a unirles de nuevo, por lo que Kate no pudo evitar contarle toda la información que tenía sobre el caso de su madre. Castle se ofreció a ayudarla y ella aceptó encantada.

Juntos comenzaron a revisar todos los papeles que había recogido Kate de la oficina de su madre, con el paso de los días la esperanza de encontrar algo que les encarrilara al asesino de su madre iba perdiendo cada vez más fuerza. Castle intentaba animarla, pero entre aquellos papeles solo estaban encontrando paja que no llevaba a ninguna parte.

- Mira esto, Kate.—Le pasó unos papeles.—Son fotocopias de recibos de un banco.

- ¿Y?—Realmente estaba cansada de buscar un sentido a todo.

- Observa las cantidades, van desde los 20.000 dólares a los 100.000, y todas ellas proceden de la misma cuenta.—Le señaló el número y así era, coincidía en todos ellos.

- ¿Crees que puede tener que algo que ver con el caso de mi madre?

- A lo mejor el dueño de esta cuenta se enteró de que tu madre estaba fisgoneando en ella y decidió…bueno…

- Asesinarla. Sí, podría ser.—Le dijo pensativa.

- Es lo único de entre todo esto.—Señaló los papeles esparcidos en la mesa.—Que podría tener sentido. Necesitamos averiguar de quién es esa cuenta.

- Conozco a alguien que podría facilitarnos esa información.

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Quedaron en el Heat Café con el amigo de Kate que supuestamente conseguiría la información, Castle le había sugerido contratar un detective, él mismo pagaría los gastos, pero ella se había negado.

- Hola Beckett.—Saludó un hombre a sus espaldas.—Tu debes de ser el escritor, Richard Castle.—Le ofreció su mano.—Soy Javier Esposito, NYPD.

Castle estrechó su mano algo sorprendido de Kate tuviera contactos en la comisaría.

- Espo y yo nos conocemos de un caso que tuvimos juntos cuando trabajaba para la oficina del fiscal.—Le explicó Kate.

- Gracias a ella conseguí romper el caso, así que desde entonces le debo una.—Le dijo con una sonrisa.—Respecto a lo que me pediste, no conseguí encontrar al dueño de la cuenta, resultó un callejón sin salida.—Castle observó como Kate apretaba los puños.—Pero he conseguido saber a quienes pertenecen las cuentas de los que recibieron el pago.

A Kate le brillaron los ojos inmediatamente y Castle se incorporó para atender mejor a Esposito.

- Encontré algo muy extraño, todas las cuentas pertenecen a expolicías ya retirados.

- ¿Puedes darnos sus nombres?—Le preguntó Castle al ver que Kate estaba completamente paralizada.

- No sé en qué estáis metidos, pero esto no me gusta.

- Javi, por favor.

- Aquí los tenéis.—Le pasó un sobre.—Id con pies de plomo en esto, me juego el cuello dándoos esta información.—Beckett asintió agradecida.

- Solo les haremos unas preguntas, estate tranquilo.—Le dijo Kate.

- Me temo que eso será imposible.

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