Capítulo 22

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- Disculpe, necesito su ayuda, el señor Castle se niega a que le administremos morfina.—Le explicó la enfermera. Kate asintió y se despidió de Ryan y Esposito con un "ahora vuelvo".

Al entrar en la habitación donde habían colocado a Castle observó que estaba peleando con la otra enfermera.

- Castle ¿Qué haces? Tienes que descansar.—Se acercó hasta su lado y agarró una de sus manos suavemente.

- Antes quiero hablar contigo, no puedo cerrar los ojos sin saber si…

Kate miró hacia las enfermeras y les pidió con la mirada que salieran, ellas parecieron captar la indirecta y salieron.

- ¿Sin saber qué, Castle?

- Tengo que saber que mañana cuando abra los ojos no habrás desaparecido, que lo que vivimos en esa habitación…no será como todas esas veces en las que lo hemos dejado aparte. No puedo dejar eso también, no creo que pueda seguir viviendo a tu lado solo siendo tu amigo, no después de haberlo probado.—Le dijo con una media sonrisa, ella aguantó sus ganas de devolvérsela y se hizo un poco de rogar.

- No te preocupes Castle, aunque quisiera yo tampoco podría olvidarlo. Ahora descansa, cuando despiertes te prometo que estaré aquí.—No pudo remediarlo y se aproximó hasta él para besarlo suavemente. Cuando se separó vio florecer la primera sonrisa sincera de Castle en toda la noche.

Las enfermeras viendo que ya había pasado la tormenta y se aproximaron hacia ellos para administrarle la morfina a Castle.

Cuando finalmente Castle cerró los ojos, Kate salió de la habitación y se dirigió a la comisaría 12th, necesitaba saber de primera mano cómo iba el caso y lo que estaba ocurriendo.

- ¿Cómo está Castle?—Le preguntó Ryan nada más verla venir.

- Está bien, tiene dos costillas rotas, deshidratación y algunos fuertes hematomas, pero nada grave. ¿Tenemos a Coonan?

- Así es.—Le contestó Esposito con una sonrisa justo cuando salía de la sala de interrogatorios.—Pero puede que tenga otra buena noticia para ti.

- ¿Cuál?

- Puede que tengamos a Bracken también.—A Kate se le paró el corazón durante unos segundos y se olvidó de respirar.

- ¿Puede?—Consiguió preguntar.

- Coonan tiene toda clase de pruebas contra Bracken, pero a cambio quiere algo.

- ¿Qué?

- Una reducción de condena.

Kate suspiró, se imaginaba algo parecido, varios sentimientos se aflojaron en ella. ¿Podría vivir con una reducción de condena para el asesino de su madre y de seguramente otras tantas personas? Podría, se contestó a sí misma. Pero no podría vivir sin ver a Bracken en la cárcel, él era el auténtico responsable de toda su desgracia. Un tipo como él con tanto poder no podía seguir viviendo libremente.

- Me parece bien, pero necesitaríamos a un fiscal de nuestra confianza, estoy segura de que Bracken tiene a la mitad de este Estado comprados.

- Por eso no te preocupes, el caso ha sido asignado a Juliet Collins, la conozco, es legal.

- Tiene que ser rápido…

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