CINCO;

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–¡Le di mi maldito número de teléfono y ese malnacido no me ha enviado ni un mísero mensaje! –Se quejó Thalía.

–Bueno, no te apures...–Alice acarició el hombro de la morena. –Tampoco hay prisa.

–¿Qué no hay prisa? –Repitió Thalía. –¡Han pasado dos semanas! ¡Y tenemos que empezar con el puto trabajo! –Estrujó el vaso acartonado de café entre sus dedos antes de arrojarlo con furia a la papelera más cercana. –¡Si se iba a tomar con tanta calma el trabajo que no hubiese pensado en mí como su pareja! Encima, creo que me está evitando...

–¿Qué? ¿Por qué piensas eso? –Las dos chicas caminaron de vuelta a su siguiente clase.

–Porque antes siempre me molestaba a la mínima; ahora ni me mira.

–Uh...–Alice la miró pensativa. –¿Así que echas de menos su atención? –Levantó las cejas con una expresión sugerente.

–¡¿Pero ¡¿qué dices?!–Thalía frenó en seco, espantada, causando la risa de la más pequeña. –¡No es eso! Es que me jode... ya sabes, por el trabajo. –Negó rotundamente.

–No me da a mí esa impresión...–Codeó a Thalía con picardía mientras ambas se apresuraban por entrar en el aula. –¡Mira, mira, ahí lo tienes! –Señaló al castaño de manera descarada y Thalía bajó el brazo que extendía Alice en su dirección.

–¡Pero no le señales! ¡Que se va a dar cuenta! –Apretó los dientes mientras hablaba, pero, ignorando a Thalía, su compañera agitó el brazo sonriendo con entusiasmo y la morena miró hacia donde saludaba. Hoseok las miraba a ambas esbozando una leve sonrisa y Thalía se sintió avergonzada.

–¡Sentaos aquí! –Animó en chico. Thalía suspiró con pesadez, se lo haría pagar a Alice.

–¡Claro! –La castaña tiró del brazo de su amiga y caminó con paso rápido para sentarse al lado de Hoseok. –¿Así que te estaba evitando, ¿eh? –Murmuró en voz baja.

–¡Oye, que es verdad! –Respondió Thalía en el mismo tono. Realmente, se preguntaba por qué Hoseok actuaba así de repente.

Las dos llegaron donde estaba el chico y Alice se sentó dejando a Thalía el hueco que había justo a la izquierda de Hoseok, al rato, un chico al que la morena reconoció como el amigo de pelo negro que llamó a Hoseok en la cafetería el día que se conocieron se sentó junto a ellos. No sabía por qué se había quedado con su cara.

El chico en cuestión se acercó a la oreja de Hoseok y dijo claramente: "¿es esta?". Hoseok asintió y Thalía supuso que hablaba de ella, ¿por qué hablaba de ella?

–¡Hola! ¡Soy Alice y esta es mi amiga Thalía! ¿Tú también estudias historia de las marcas? –Preguntó la castaña mirando al chico que había llegado.

–Min Yoongi; y no, estudio psicología, pero esta clase me parecía interesante. –Se encogió de hombros y se estiró sobre el pupitre para continuar charlando con Alice.

–¡Vaya, qué nombre más raro! ¿también eres coreano como Hoseok? – Yoongi asintió.

–¿Le has dicho que soy coreano? –Preguntó ahora Hoseok mirando a Thalía; ella cruzada de brazos en su pupitre, le miró entrecerrando los ojos antes de hablar.

–Sí, ¿qué pasa? ¿algún problema?

–No, no, en absoluto. –Hoseok le sonrió. –Me gusta saber que hablas de mí con tus amigas. –Thalía rodó los ojos. Qué engreído.

–Dime, ¿por qué no me has llamado? –Preguntó enfadada. –Tenemos que tomarnos esto en serio, ¿sabes? Y no haces ningún esfuerzo.

–Hoseok, –Habló Yoongi. –¿Te parece cambiarle el sitio a Alice para que podáis discutir tranquilos?

Jung Hoseok ›› j.hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora