Thalía miró su brazo. Miró su brazo mil veces para asegurarse de que su tatuaje no había cambiado. Se negaba rotundamente a creer que ahí ponía Jung Hoseok. No podía ser posible.
Levantó la cabeza para ver como J–Hope la miraba con nerviosismo, pasándose las manos por el pelo y tirando levemente de este para liberar su frustración. Miró también a Jiwoo, quien en medio de aquella escena observaba como se daba la situación con asombro. La morena negó con la cabeza numerosas veces.
No podía ser real.
La hermana mayor del chico se acercó a Thalía, que se encontraba en shock, y la rodeó con sus finos brazos. Había comenzado a llorar en silencio, Hoseok se había dado cuenta al instante. Los ojos de Thalía se habían cristalizado en cuestión de segundos, y unas pesadas lágrimas se deslizaban por las pálidas mejillas de la chica, de nuevo; lloraba por su culpa.
Jiwoo pasó sus pulgares bajo los ojos de Thalía para eliminar las lágrimas de su cara. No estaba segura al cien por cien de lo que ocurría entre su hermano y aquella chica que acababa de conocer, pero era evidente que se trataba de su alma gemela. Desconocer lo que sucedía entre ellos la mosqueaba, la incertidumbre la estaba matando por dentro; pero no vio oportuno preguntar por la situación en aquel momento con Thalía rompiendo en lágrimas.
–Thalía, –Susurró Jiwoo. –¿Te encuentras bien? –Preguntó acariciando el hombro de la chica.
Hoseok mordió con fuerza su labio inferior. Estaba enfadado porque su plan de impedir que Thalía supiese lo que ponía en su marca se había ido por la borda. Pero también le enfadaba saber que era la causa del llanto de la morena.
En un arrebato de ira golpeó la pared más cercana que tenía con su puño haciéndose mucho daño, su hermana le miró espantada y le llamó la atención:
–¡Hoseok! –Gritó. –¿Se puede saber qué mierda haces, estúpido? –Al oír como Jiwoo mencionaba el nombre de su hermano, Thalía volvió de golpe a la realidad. Se había sumido en un estado de trance en el que nada le parecía real, donde todo aquello era tan solo parte de un sueño (o más bien una pesadilla) que estaba teniendo, y que al despertar a la mañana siguiente todo seguiría igual.
Hoseok contrajo sus dedos adoloridos, el golpe le había pasado factura y había raspado por completo los nudillos de su mano derecha.
–¿De verdad pone...? –Preguntó Thalía mirando a Jiwoo. La castaña asintió feliz de conocer al alma gemela de su hermano.
–¡Sí! ¡Pone Jung Hoseok! –Dijo. –¡Qué curioso! ¡Nunca había visto una marca así! –Fue entonces cuando tanto Thalía como Hoseok repararon en sus marcas; se suponía que se trataban de marcas de plena conexión. Un escalofrío recorrió de arriba a abajo la espalda de la morena. Levantó la mirada para ver a Hoseok, sorprendiéndose al ver como el chico con la mano tremendamente adolorida, la miraba también fijamente.
–Tengo que irme a casa. –Dijo en voz baja Thalía.
–¿No quieres hablar con Hoseok? –Preguntó entonces Jiwoo deshaciendo el abrazo que las unía. –Supongo que tendréis de qué hablar, ¿no?
–Deja que se marche Jiwoo. –Habló Hoseok con la mirada fija en el suelo.
–Sí, –Thalía levantó la vista para mirar con rabia al castaño. –lo que menos quiero ahora es hablar con él. –Se acercó a prisa al perchero al lado de la puerta para coger su bolso y su abrigo, y salió de casa de los Jung hecha un nudo de emociones; un revoltijo de sentimientos que no sabía cómo manejar porque acababa de darse cuenta de que aquello que tanto le había costado construir eran ahora tan solo un montón de ruinas.
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Jung Hoseok ›› j.hs
Fiksi PenggemarAl nacer, el propio universo nos empareja, pero no siempre nos damos cuenta de quién es la persona con quien debemos estar, a veces no la conocemos, la pasamos por alto o simplemente nos alejamos de ella por diversas circunstancias. Y al mundo no le...