DOCE;

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 Al revisar el móvil se dio cuenta de la infinidad de mensajes de Alice que tenía. No había ido aquella mañana a sus clases, no se encontraba con fuerza para ello y pensó que faltar un día no le haría demasiado mal; de todos modos, aquel era el plan original de la noche anterior ¿no? Salir con Hoseok y faltar al día siguiente.

¿Habría faltado él también?

Thalía se castigó por pensar en el castaño y salió de la cama restregando con fuerza sus cansados párpados.

Aunque algunos de los sucesos de ayer estaban un poco borrosos en su memoria, se acordaba de intentar algo con Yoongi y de la pelea que tuvo con Hoseok tras besarlo.

Un escalofrío amargo recorrió de arriba a abajo su espalda al recordar aquel beso entre ambos. Dios, se sentía asquerosa.

Decidió darse una cálida ducha y tomar un buen vaso de café antes de responder a los mensajes de Alice, pero al ir a hacerlo, le entró una llamada de su amiga.

¿Thalía? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? –Preguntó la voz de la castaña.

–Sí, sí, tranquila...

¿En serio? Oye no suenas muy bien, ¿seguro que no sucede nada?

En serio Alice, solo estaba cansada. Anoche me quedé trabajando hasta muy tarde en el trabajo y no he dormido bien.

¿De verdad que no quieres que vaya a tu casa un rato? –Inquirió Alice preocupada. –Puedes desahogarte si lo necesitas, y llevaré algo para comer. –Thalía pensó que tal vez hablar con una amiga le haría sentir mejor.

–Bueno... mejor ven un rato. Y no te olvides de la comida.

¡No te preocupes! ¡Estaré allí en unos minutos! –Alice finalizó la llamada y Thalía suspiró mirando el reloj de su cocina.

¿Por dónde iba a empezar a contarle todo?

(...)

–Alto, alto, alto... ¿conexión total? –Thalía asintió con la boca llena de alitas de pollo. –¿Y puede que nunca conozcas a tu alma gemela? ¿Qué coño es todo esto?

–Lo sé, suena a locos. –Dijo la morena más calmada. –Estoy... desesperada. En serio, no tengo ni idea de qué hacer.

–Por lo que describes... Creo que tu marca no es la única que he visto con esas características. –Thalía se atragantó mientras comía. –¡Eh! ¡Tranquila chica! ¡Respira!

–¿Qué? –Miró a Alice asombrada. ¿Había más gente así en un entorno cercano a ella? –¿Quién? ¿Dónde has visto una marca así?

–El hijo pequeño de nuestros vecinos en la casa de verano... También tenía algo escrito en el brazo súper grande, pero no recuerdo si era tu nombre, lo siento. –Alice la miró con algo de pena.

–¡No, no, no! ¡Lo que dices es genial Alice! –Se limpió la boca con su servilleta y la arrojó sobre la mesa. Esbozó una sonrisa mientras sostenía de los hombros a su amiga. –¿Y si es realmente mi alma gemela? ¡Me has devuelto la esperanza!

–Puede que no sea seguro y...

–¡No! ¡No pensemos en posibilidades tan negativas! –La miró alegre. –¿Qué puedo perder en preguntarle? Y... en caso de que no lo sea... Bueno, conoceré a alguien en la misma situación. –Alice asintió dándole la razón. –¿Qué sabes de ese chico?

–Bueno... creo que es chino; él y su hermano mayor son adoptados. No me acuerdo de su nombre, lo siento. –Thalía la miró expectante. –De pequeña solía jugar más con su hermano mayor. Él es más pequeño que nosotras... creo que es tres años más pequeño y su hermano es de nuestra edad...

Jung Hoseok ›› j.hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora