–Lo primero, dar las gracias a mi compañera por su discurso. –Comenzó Hoseok. –Respecto a mi marca, entiendo por una parte a Thalía Parker porque tampoco fue sencillo en mi caso pero en ningún momento he sentido que tuviera que acabar con la persona que el universo o quien quiera que inventase esta estupidez de las marcas me dijera.
Yo no veía felicidad entre esos que compartían un tatuaje, solo he visto obligación y compromiso desde que tengo criterio propio pero sé ahora de que tal vez eso se debía a que no conocía a mi alma gemela pues, ahora, sabiendo quien es, conociéndola, puedo asegurar que... esas malditas marcas tienen algo sí, tienen algo que no une, tienen algo que nos hace... sentir diferentes, malditamente diferentes. –Thalía le miró con el ceño fruncido. –Pero aun así no quería vivir por y para lo que me dijese una marca en mi brazo.
La mía también tardo demasiados años en salir, más de la media, y cuando la vi en mi brazo, no voy a mentir; me obsesioné bastante con ella y con la persona que tenía escrita, pero era solo un adolescente, un chiquillo son experiencia y, la idea de que esa persona existiese me parecía tan inverosímil que negué por completo que mi alma gemela era una persona real.
Nadie podría ser nunca como yo quería, como yo necesitaba. No había nadie capaz de encajar con el papel de alma gemela de Jung Hoseok, pero, la conocí y... cuando escuché su nombre por primera vez me sentí... abrumado. Cuando hablé con ella sabiendo que algo nos unía no lo quería aceptar. Yo no era para ella y sabía que le iba a hacer daño. Sabía que no acabaríamos bien porque éramos muy diferentes, pero aun así nos parecíamos demasiado.
Le mentí sin descaro alguno, le dije que mi alma gemela tenía otro nombre, que nos conocíamos pero que ella no sabía que mi nombre estaba escrito en su piel y... ahora, me doy cuenta de que no le mentí tanto porque, ella entonces no lo sabía.
Nos hicimos amigos, nos conocimos y aunque una parte de mí se mantenía racional y con los pies en la tierra, por mucho que me repitiese que nada bueno podía salir de nuestra unión y que todo el tema de las marcas de almas gemelas no era más que una estupidez que nos limitaba como personas, no podía silenciar a esa otra pequeña parte de mí que, –giró la cabeza para ver a Thalía. –que me repetía que aquella era la persona más maravillosa del mundo, que me hacía sentir con necesidad de abrazarla, de tomarla entre mis brazos y darle las gracias por aparecer tan repentinamente en mi vida.
Pero nuestra perspectiva del mundo era muy diferente y nunca he querido hacerle daño. Sé que, si me abstengo, si renuncio a todo esto y confío en que no son más que trazos en la piel sin sentido ella vivirá mejor. Sin embargo, no puedo olvidarme de esa pequeña parte algo egoísta en mí que me repite que mande todo a la mierda y me quede a su lado.
Me lo repetían mis amigos, mi familia, pero yo no quería. Yo no quiero hacerle daño, pero todos aquellos principios que había construido en el fondo, para protegerme, para hacerme fuerte porque sabía que se trataba de una situación difícil, se fueron por la borda cuando una noche, sin venir a cuento nos besamos y... y olvidé por completo qué era lo correcto. –Hoseok, acolarado, se remangó las mangas de su camiseta mostrando el nombre de Thalía en su brazo sin querer. La gente de las primeras filas que lo vio no tardó en decírselo sorprendidos a sus amigos de más atrás y se pudo ver en los ojos de Thalía el pánico. –Olvidé qué tenía que hacer y la única solución con la que...–Hoseok levantó la cabeza al escuchar a sus compañeros cuchichear sorprendidos y cuando supo de que hablaban bajó la manga de su camiseta y miró a Thalía tratando de disculparse. El señor Andrews, sorprendido por el giro de los acontecimientos, hizo ademán de aproximarse a sus alumnos, pero Thalía salió del aula antes de que pudiera detenerla y Alice al percatarse de ello, la siguió.
Hoseok miró al señor Andrews pidiéndole permiso para abandona el aula que cada vez se llenaba más de las voces del resto de alumnos. El profesor le asintió y Hoseok salió del aula con Yoongi pisándole los talones.
Los dos recorrieron los pasillos hasta llegar a la entrada de la facultad, Alice sujetaba la muñeca de Thalía que sollozaba queriendo irse.
Yoongi llegó al lado de su amigo y Alice cruzó la mirada con ellos mientras acogía en sus brazos a Thalía que no tardó en largarse a llorar sobre el hombro de la castaña.
Negó con la cabeza mirando al par de chicos en la puerta de la facultad indicándoles que no era un buen momento para venir a hablar con la morena y Yoongi arrastró a su amigo a dentro.
Era mejor darle su espacio, pensó Hoseok sabiendo que, por haber querido evitar que Thalía sufriera, había acabado con su corazón por completo.
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Jung Hoseok ›› j.hs
FanficAl nacer, el propio universo nos empareja, pero no siempre nos damos cuenta de quién es la persona con quien debemos estar, a veces no la conocemos, la pasamos por alto o simplemente nos alejamos de ella por diversas circunstancias. Y al mundo no le...