SIETE;

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 Suspiró con el vaso de café en la mano cayendo en el asiento que había en frente de donde Alice se encontraba sentada.

–No estoy segura de sí quiero que venga esta tarde. –Confeso Thalía.

–Vamos, han pasado cuatro días. –Alice la miro un tanto preocupada. –Seguro que ya está mejor, ¿vale? –Acarició la mano de su amiga por encima de su mesa.

Thalía había pasado los anteriores tres días dándole vueltas al tema de Hoseok, se lo había confiado a su ahora mejor amiga y esa misma tarde a las cinco, Hoseok volvería para continuar su trabajo. No tenía la menor idea de cómo tratar al chico tras lo sucedido aquel día en su casa.

¿Qué era lo que verdaderamente le ocurría? ¿Estaría teniendo problemas? Thalía quería ayudarlo, pero no sabía cómo hacerlo; además no sentía que entre ambos existiese un vínculo tan importante que hiciese que Hoseok le confesara sus preocupaciones y problemas.

–Voy a pedirme otro café. –Avisó Alice. –Tú quédate aquí y ahora seguimos hablando. Ya verás como Hoseok está mejor y hoy será como siempre cuando hagáis el trabajo. –Thalía asintió y quiso creerla, pero en lo más profundo sentía que algo volvería a suceder con Jung Hoseok y una parte de ella pensaba que la causa de sus problemas era la misma Thalía.

Alice se demoró más de lo esperado ordenando su café, y Thalía tendría que marcharse pronto si quería recoger un poco su departamento antes de dejar entrar a Hoseok. Miró en dirección de la castaña, que se encontraba hablando animadamente con la chica del delantal amarillo que la estaba atendiendo, ¿se conocían?

Alice se giró al notar la mirada de Thalía y volvió a donde se encontraba antes sentada con su amiga.

–Alice creo que es mejor que me vaya yendo ya...

–¡No te lo vas a creer! –Alice sostuvo de los hombros a Thalía volviendo a sentarla en su silla. –¡La chica de la barra!

–Ah, ¿es amiga tuya?

–¡No! –Contestó eufórica. Thalía la miró extrañada. –¡Es Samantha! ¡Samantha Baker! –Agitó a Thalía que la miró aún más confusa, hasta unos segundos más tarde cuando se percató de lo que su amiga había dicho.

–¿Qué? –Chilló. La gente en aquella cafetería que quedaba de camino a casa de ambas se giró molesta a ver la escena y Thalía miró hacia las otras mesas con intención de disculparse esbozando una tímida sonrisa. –¿Samantha Baker tu alma gemela? –Dijo más calmada volviéndose a centrar en Alice. La castaña asintió y se llevó las manos a la boca. –¡No me lo creo!

–¡Yo sí que no me lo creo! –Ahogó un grito en sus manos. –¡Es guapísima! –Admitió.

–Alice, –Thalía la sostuvo de las manos. –Me voy a casa a esperar a Hoseok, tú quédate con Samantha y llámame en cuanto termines para contarme con detalles todo lo que suceda. –Se levantó dejando a su amiga aun en shock, que tomo algo de aire para volver a la barra a encontrarse con su otra mitad.

Por la calle, Thalía esbozaba una sonrisa, se alegraba muchísimo por su amiga. ¡Había conocido por fin a su alma gemela! ¿Quién diría que le fuese a vender un café? Suspiró con añoranza, ¿cuándo le pasaría eso a ella?

Se quitó la idea de la mente y se centró en imaginar qué haría su amiga frente a Samantha de nuevo hasta llegar a su pequeño departamento.

Las puertas del ascensor se abrieron y se encontró con Hoseok parado delante de la puerta.

–¿Hoseok? –Preguntó la morena sorprendida. ¿Ye eran las cinco? Miró con disimulo la pantalla de su móvil; aún quedaban unos veinte minutos para la hora acordada.

Jung Hoseok ›› j.hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora