Thalía respiraba con dificultad entre sollozo y sollozo sentada en el sillón de su sala de estar mientras pasaba las manos por su cabeza.
Tras huir de la cafetería cuando el ambiente se hizo tedioso decidió marcharse a casa ignorando la última clase que le quedaba.
–No, no, no, no...–Repetía una y otra vez entre murmuros. Si su alma gemela no era Jungkook, ¿quién le quedaba? La ansiedad de sentirse sola por el resto de su vida llenaba su cuerpo haciendo que se sintiese nefasta.
Las posibilidades de toparse con el amor de su vida cada vez eran menos, y Thalía no hacía más que perder la poca esperanza a la que llevaba aferrándose desde que era más joven.
Sonó el timbre y secó con la manga de su jersey sus lágrimas y mocos. Seguramente era Alice quien llamaba tras haber acabado las clases, curiosa por lo que había sucedido con Hoseok.
Thalía se sintió algo mal al no habérselo contado, se suponía que eran amigas y tenían que confiar la una en la otra, pero en aquel momento hablar de Hoseok era lo que menos le apetecía.
–¡Ya voy! –Gritó poniéndose en pie con los pañuelos húmedos que había usado en la mano para tirarlos a la basura.
Abrió la puerta preparada para lanzarse a los brazos de su mejor amiga, pero se detuvo al ver la silueta de la persona parada al otro lado.
–Hoseok...–Murmuró. Los recuerdos de su actitud aquel día en el club la abrumaron de repente y se dispuso a cerrar la puerta de golpe enfadada con el castaño. No dejó ni siquiera que hablara.
Se apoyó en la puerta ahogando leves sollozos en su brazo y recordó su marca. La miró y su rostro se iluminó por un momento.
Jungkook le había dicho que estaba escrito en coreano.
Volvió a abrir la puerta apresurada con el rostro enrojecido por las recientes lágrimas y dio las gracias al ver a Hoseok aun parado ante la entrada.
–Te necesito. –Dijo la morena. A Hoseok se le erizó la piel en un instante. Aquel "te necesito" no le había sonado precisamente como si requiriese su presencia para arreglar el microondas o una puerta que chirría. Sonó a más, a mucho más. Como si Thalía de verdad necesitase que él estuviese a su lado, con ella.
La morena arrastró del brazo a Hoseok e hizo que entrase en su casa. Cerró la puerta a sus espaldas. El chico aún no había dicho nada, pero se dejó arrastrar por Thalía hasta el sofá.
Los dos se sentaron y Hoseok sintió un dolor agudo en el pecho al verla tan devastada y con restos de lágrimas en el rostro porque sabía que estaba así por su culpa.
La morena remangó su jersey morado y Hoseok se tensó de nuevo como cada vez que su nombre aparecía expuesto en la blanca piel de la chica. ¿Por qué estaba enseñándole su marca? ¿Acaso Yoongi se había ido de la lengua?
–Me han dicho que esto está escrito en coreano, así que por favor dime qué mierda pone aquí. –Sentenció finalmente Thalía. Hoseok se lamió los labios nerviosos.
–No... No lo sé. –Mintió con descaro. Thalía lo miró frunciendo el ceño.
–¡No me mientas! ¡Sé que sabes coreano!
–¡No sé lo que pone allí! –Hoseok elevó la voz y Thalía siguió mirándole desconfiada. Sabía que mentía.
–¡Me hablaste en coreano aquel día! ¿Por qué no puedes decirme qué coño pone aquí?
–¡Qué no lo sé, ¿vale?!–Exclamó levantándose del sofá. Thalía gritó frustrada y empujó a Hoseok hasta la puerta.
–¡Pues lárgate necio de mierda! –Abrió la puerta malhumorada. –¡Y no vuelvas a pisar mi casa! –Le dio un último empujón dejándolo en el rellano de las escaleras y pegó un portazo soltando toda la rabia que llevaba acumulada dentro.
"Maldito patán, seguro que puede leer mi marca" Pensó la morena derrumbándose en el suelo otra vez mientras chillaba frustrada.
Al otro lado de la puerta, Hoseok alcanzó a oírla.
Había aparecido en su casa con claras intenciones de disculparse con ella, y se había emocionado cuando Thalía le dejó entrar afirmando que lo necesitaba, pero no. Por mucho coreano que supiera se negaba a leer su propio nombre ante Thalía.
Y bajó las escaleras con el eco de los gritos de Thalía de fondo. Sería mejor alejarse de ella para siempre.
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Jung Hoseok ›› j.hs
Hayran KurguAl nacer, el propio universo nos empareja, pero no siempre nos damos cuenta de quién es la persona con quien debemos estar, a veces no la conocemos, la pasamos por alto o simplemente nos alejamos de ella por diversas circunstancias. Y al mundo no le...