» Lance ¿al rescate?

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Lance ¿al rescate?



—Así que... Tú y Pidge ¿eh?

—¿Qué? —Lance rodó los ojos y pasó el brazo sobre los hombros de Keith.

—Oh, vamos, viejo —le quitó la espada dejándola sobre la mesa, Keith tenía una obsesión con mantenerla siempre limpia—. Casi se te salen los ojos cuando la ves, cualquiera se daría cuenta ¡hasta los ratones de Allura!

Sí, todos menos Pidge. Ella parecía demasiado concentrada en entender mejor la tecnología alienígena como para percatarse de que, siempre que entraba a la misma habitación donde estaba Keith, él dejaba de hacer lo que sea para poder verla.

Incluso una vez dejó de escuchar las indicaciones de Kolivan cuando Pidge entró a la sala de control para revisar las defensas del castillo. Obviamente fue reprendido por eso.

—Claro que no —intentó agarrar su espada pero Lance la apartó—. ¿Podrías regresármela?

Pidió en un suspiro nervioso. Lance era astuto, incluso se dio cuenta de los sentimientos de Hunk cuando éste le preparaba comida especial y únicamente a Romelle.

—No hasta que lo admitas, mullet —volvió a poner la espada en la mesa, lejos de su dueño, y se acercó a este moviendo sus cejas pícaro—. Incluso te ayudaré.

—¿Ayudarme?

—Exacto —Lance se levantó moviéndose dramáticamente, enseñándole un panorama inexistente con sus manos—. Una cena romántica, con velas, rosas y los Arusianos haciendo la danza del amor definitivo. ¡Caerá a tus pies enseguida!

Lucía tan seguro de su maravilloso plan pero Keith...definitivamente no pensaba así, había sido suficiente ver aquellas criaturas con su baile de perdón como para ver otro.

—Lance, no quiero conquistar así a Pidge.

—¡Ajá! —el cubano lo señaló con una triunfante sonrisa y Keith llevó una mano a su rostro dándose cuenta de lo que dijo—. ¡Lo admitiste!

—Eso no es lo que...-

—¡Oh! ¡Pobre noob del amor! —le interrumpió abrazándolo con drama—. No te preocupes, Lancey-Lance irá a tu rescate. ¡Te ayudaré!

—¿Qué? Espera, no quiero que me ayudes, Lance. ¡Lance!

Le gritó al aire, porque el moreno ya se había ido a quién-sabe-dónde a hacer quién-sabe-qué. Keith sentía nada bueno saldría de eso.

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—Entonces —inició Hunk, sosteniendo un pequeño frasco con tres "Z" en diferentes tamaños—... Podemos estar seguros de que esto no los matará, ¿verdad? ¿¡Verdad!? No quiero ser un asesino, ¡soy un paladín de Voltron, no un criminal!

—Coran ya dijo que no. —Lance le restó importancia arrebatándole el frasco a Hunk y poniendo dos gotas en cada uno de los batidos.

—Bueno... Yo no diría del todo que no —llevó una mano a su esponjoso mostacho—. Ése tranquilizante está hecho para dormir a un alteano adulto.

Aquello alarmó por completo a Hunk. Considerando que entre los alteanos y los humanos había muchas diferencias tanto de resistencia, como salud o habilidades, ése tranquilizante sería demasiado para esos dos. Ok, había aceptado ayudar a Lance para emparejarlos, pero asesinarlos estaba fuera de sus parámetros.

—No, no, no. Esto es totalmente una mala idea. ¿Es necesario?

—Claro que sí —el moreno le vio con incredulidad, sin creer que haya cuestionado sus habilidades de Cupido—. Si están despiertos jamás se dejarían.

No dejó que Hunk volviera a reclamar. Puso los vasos en una bandeja de plata y salió de la cocina cantando una improvisada canción acerca de lo generoso que era por hacer batidos para todos, menos para Coran y Allura, después de que mostrarles cómo se hacían ellos se negaron a tomar otro de nuevo.

Colocó uno de los vasos frente a Pidge, otro frente a Shiro y Keith. Este último le miraba con cierta sospecha, desde el arranque que tuvo Lance por ayudarlo estuvo alerta todo el tiempo esperando la peor de las situaciones.

—Gracias, Lance. —Pidge tomó el batido sin despegar la mirada de su portátil y Keith hizo lo mismo con algo más de lentitud mirando como Lance desaparecía en una esquina, suspiró regresando a su plática con Shiro, tal vez estaba un poco paranoico.

Y sí que tenía razones para estarlo, porque detrás de la pared se escondían el trío detrás del plan observando todo con detalle. Pidge había comenzado a bostezar e incluso se quitó los lentes para limpiar las pequeñas lagrimillas producto del repentino sueño, estaba segura de haber dormido bien durante la noche así que no entendía por qué se sentía tan agotada, antes de darse cuenta su rostro se estrelló sin ninguna delicadeza contra las teclas de su portátil. Los dos paladines que la acompañaban se levantaron preocupados pero a medio camino Keith cayó inconsciente siendo sostenido muy apenas por Shiro.

—¡Keith! ¡Pidge! ¿me escuchan? ¿qué está pasando?

—¡Sí, sí, sí! —Lance salió del escondite ante la confusión de Shiro—. Sólo están dormidos, ahora ayúdame a llevarlos al sofá.

—Lance, ¿puedes explicarme qué pasa?

—Ayudo a Keith. —contestó con simpleza sentando al mencionado y recargando a Pidge en su hombro.

—¿Ayudándole a desmayarse?

La confusión creció más cuando el menor empezó a tomarle mil y un fotografías a la pareja cambiando de posiciones una y otra vez. De la nada gritó que las tenía echándose a correr, Shiro miró a Hunk buscando alguna explicación lógica pero él solo se encogió de hombros diciendo que advirtió era una mala idea.

Después de casi un día entero el primero en despertar fue Keith, se sentía pesado, aturdido y con ganas de seguir durmiendo. Se levantó de su cama sin recordar como había llegado a ella y entró al baño para darse una ducha...pero regresó sus pasos tallándose los ojos para asegurarse de que había visto bien y no estaba loco.

En las paredes, el techo y hasta en las sábanas de la cama había fotos de él y Pidge dormidos, pero con diferentes posiciones. Algunas con la chica recargada en su hombro, otra abrazándose mutuamente, Pidge escondiéndose en su cuello y hasta la posición de cucharita. La sorpresa y vergüenza hizo que saliera de su estupor, armando cabos sueltos se dio cuenta del autor de esto.

¡¡LANCE!!

Por los próximos minutos Lance corría para salvar su preciosa cabeza de un Keith furioso y avergonzado. Porque no solo su habitación tenía esas fotos sino también medio castillo.

—Le dije que era mala idea —reafirmó Hunk cruzándose de brazos—. Pero estaba aferrado en acudir al rescate de Keith.

—Más bien al desastre —sentenció Shiro negando con la cabeza y suspiró al escuchar el grito de Pidge, había despertado—. Ayudemos a quitarlas.

Ambos caminaron con tranquilidad hacia la habitación de la paladín verde junto con los gritos del cubano como fondo cuando Keith lo alcanzó.

Lance no se arrepentía de nada.



No sé porqué me resultó tan difícil manejar a Lance, creo que me quedó un poco out of character pero no se me ocurre cómo mejorarlo.

Perdón y espero les haya gustado. 💔

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[Kidge] Red, Green & LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora