[Kidge] Red, Green & Love

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Créditos de la imagen: rainheron-art en Tumblr.

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Celos
Advertencia: breve Plance.

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Keith no está celoso.

Por supuesto que no.

Porque Pidge y Lance son amigos desde que estudiaron en Galaxy Garrison, así que es normal que él últimamente esté tan cerca de la chica.

Terrible y molestamente cerca.

Situación número 1: Idioma Alteano.

Cuando realmente no tienen nada que hacer, como entrenar o salvar planetas, Pidge se sumerge en su laptop casi todo el día; aprende el idioma Alteano y el Galra, descifra códigos complicados y se llena con la tecnología alienígena ampliando su conocimiento.

Hoy no fue la excepción. Nuestra pequeña hacker se encuentra en el living con la portátil en sus piernas y concentrada, o al menos eso intenta, porque Lance no deja de hacerle preguntas.

—Entonces, ¿así es como se escribe mi nombre en Alteano? —pregunta Lance viendo la hoja que Pidge le dio.

—Ajá, no es tan difícil como parece.

—¿Cómo se escribe te amo? —ella le mira con rareza, pero termina por escribir, según Lance, un montón de garabatos imposibles de leer en la misma hoja donde escribió su nombre.

El moreno sonrió como un idiota. No entiende nada pero sabe lo que dice la hoja así que eso le basta. La guarda en su bolsillo y se dedica a mirar a Pidge, quien después de un minuto se voltea hacia él todavía más extrañada por la actitud que ha tenido Lance con ella los últimos días.

—¿Tengo algo en la cara?

—¿Realmente los necesitas? —contesta el chico con otra pregunta fuera del tema.

—¿Ah?

—Tus lentes —se inclinó un poco más, quitándole sus anteojos—. ¿En verdad los tienes que usar?

—No, pero eran de mi hermano así que los conservaré. —Pidge casi hace bizcos cuando Lance se acerca más a su rostro, con la excusa de poder ver mejor aquellos ojos ámbar que casi siempre se esconden detrás de esos lentes, pero ella termina por alejarlo porque quiere seguir con lo suyo. Esos códigos la estaban retando.

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Hunk casi saltó, asustado, al ver como el vaso en las manos de Keith se vuelve un montón de cristales rotos. Lo escucha gruñir y se va, Hunk puede jurar que estuvo a nada de hacer una rabieta. Pero es que no sabía que el azabache estuvo observando a Pidge y Lance.

El vaso pagó las consecuencias.

Situación número 2: Constelaciones.

Pidge acaba de recordar porqué le desagradaba la naturaleza cuando vivía en la Tierra. Nadie le puede quitar ese rostro de que matará a cualquiera que se atreva a hablarle o a mirarla siquiera, porque Pidge no puede consigo misma ni con las reacciones de su cuerpo.

Se deja caer con el ceño fruncido en la silla mirándose el rostro en un pequeño espejo. Sus mejillas y nariz están llenas de marcas, y por si fuera poco, su piel está demasiado enrojecida.

—¡Sólo fue media hora! —se quejó de repente azotando la mano en la mesa—. No puedo creerlo.

—Tranquila, Pidge —Allura es la valiente que se dirige a ella poniendo una mano en su hombro—. Las esporas que desprenden las plantas de Cariōne pueden causar este tipo de cosas, pero no duelen ni causan comezón, para mañana no tendrás nada.

—Ugh... —Pidge se encoge en su lugar, Allura tenía razón porque la verdad es que no sentía nada, pero era molesto.

—Se ven bien, son como pecas —Lance se acerca a ella quitándole los lentes y pasa un marcador por su rostro antes de que pueda apartarse—. Ahora son constelaciones.

Dice satisfecho con una amplia sonrisa que mitiga para sí mismo la mirada asesina de Pidge.

—Tú sólo las dibujaste en mi cara, no son constelaciones. —Vuelve a verse en el espejo, por un instante se sintió como uno de esos juegos de une los puntos.

Bufó resignada, odiaba que su piel fuese tan sensible, ella era la única que se vio afectada por aquellas malditas esporas, todos los demás lucían como si nada.

—¡Hey, pedazo de mullet! ¿Qué me hiciste? —Pidge levanta el rostro hacia el repentino escándalo de Lance, quien pasa las manos por su rostro con desesperación.

A su lado Keith sonríe de lado mientras cierra el marcador.

—¿No jugábamos a pinta la cara del paladín?

Lance le dedica una mirada de puro resentimiento al mayor negando con la cabeza, la risa de Pidge se escucha por todo el lugar sin poder controlarla gracias a los graciosos bigotes hechos con marcador sobre los labios fruncidos por el enojo de su compañero. Keith sonríe más, con plena satisfacción.

Conclusión.

Keith no está celoso.

Keith sólo protege lo que quiere de los lobos rateros.

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+ BONUS +

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Allura no entendía porqué Lance estaba tan ensimismado en un papel... es decir, ¡es un papel! ¿qué tendría de especial? Arqueó una ceja, no pudiendo con su propia curiosidad y terminó por acercarse al chico... pero al ver la hoja hizo una mueca.

—Lance...

—¿Sí? —él soltó un extraño suspiro.

—¿Sabes lo que dice esa hoja? 

—Así es... ''te amo'' —vuelve a suspirar desparramándose en el sillón, como si se estuviera derritiendo.

—Uh, no...—Allura le ve sin poder creerlo, ¿quién había escrito eso?—. Ahí dice ''Lance, vete a la Quiznack''... ¿Lance?

Preguntó cuando él solo parpadeaba confundido, como si estuviera procesando la información.

—¡¡PIDGE!!

El grito se escucha por casi todo el castillo y, en su habitación, Pidge se suelta a reír antes de negar y volver a su computadora.

—Por fin se dio cuenta.

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No los quería dejar tanto tiempo sin actualización, así que les traigo esto que ya tenía escrito.

Ya tuvimos a Lance como Cupido y como un empujón a darle celos a Keith con James, era hora de un Plance con Keef celoso. ~

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