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•Me gustas
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•¿Qué tan difícil es decirle a alguien que te gusta?
Hubo un momento en el que, gracias a malos comentarios de sus compañeros de escuela, Pidge fue bastante insegura hasta el punto de casi dejar las cosas que más le apasionaban. Si no fuera porque Matt le abrió los ojos y que unirse al equipo de Voltron fue, prácticamente, un empujón hacia una piscina de seguridad, donde era tratada como una igual y valorada por sus acciones, entonces su respuesta a la pregunta anterior ni siquiera debía pensarla:
Era difícil. Tremendamente difícil, ¿y si no era correspondida? ¿qué haría si la rechazaban en público? ¿si era humillada?
Por fortuna eso había quedado en el pasado.
O eso creyó. La incredulidad la embriagaba ahora mismo y es que, no podía concebir lo nerviosa que se había puesto al estar frente a él, la persona que desde varios meses atrás le gustaba pero no había tenido la oportunidad de hacérselo saber. Entre misiones y otros trabajos que concernían proteger al universo, era casi —por no decir totalmente— imposible.
El primero en darse cuenta de su situación, para su sorpresa no fue Shiro quien con una sola mirada parecía leerla como un libro abierto, tampoco fue Allura y los ratones chismosos que ya la descubrieron una vez frente a la princesa, sino que fue Lance.
El moreno la había interceptado, cauteloso, después de haber tenido un entrenamiento grupal contra las simulaciones que podía crear el castillo y mientras descansaban en el living tomando un batido. Esa vez Pidge tuvo el ''puntaje'' más bajo entre todos y bueno, lo cierto era que no se negaba a sí misma que varias veces se perdió en los movimientos gráciles de Keith y que si no fuera por Shiro entonces el robot de prueba la habría abatido contra el piso.
Nadie más saltó a una conclusión loca sobre lo que le pasaba a la paladín verde y simplemente creyeron que ser la encargada de implementar innovaciones al castillo y a los leones para mejorar durante las misiones era bastante agotador, Lance fue el único que se hizo un manojo de pensamientos extraños después de haber visto a su pequeña amiga ponerse en ''peligro'' varias veces. ¡Que le partiera un rayo si eso no tenía relación con que todas esas ocasiones donde falló fue cuando tenía a Keith bastante cerca de ella!
Lance apostaba hasta sus mascarillas de belleza más preciadas a que Kogane era el responsable de las distracciones de Pidge, aunque Keith no parecía caer ni un poco en cuenta sobre ello.
Por eso apenas se quedaron a solas no tardó en cuestionarla.
—Entonces... ¿te gusta Keith? —Pidge puso todo su esfuerzo en no escupir su batido de vainilla y en consecuencia casi se ahogó, golpeó su pecho varias veces hasta que logró pasar el líquido y recuperar el aire con enormes bocanadas.
Ambos se miraron. Pidge sonrojada y confundida, Lance arqueando una ceja esperando expectante por una respuesta.
—¿D-de qué hablas? Y pensé que la que más fue derribada durante el entrenamiento fui yo —dejó el vaso a un lado con nerviosismo—. ¿Acaso te golpeaste la cabeza, Lance? Hoy dices cosas más tontas que de costumbre.
—La que se golpeó la cabeza aquí por andar viendo al mullet fue otra —Lance recargó el mentón en su mano, con una sonrisa pícara de lado—. No puedes escapar, Pidge. ¿Te gusta?
Los ojos de Lance eran acusadores, como si pudiera saber hasta el mínimo de sus secretos guardados, y divertidos, pues sabía que sí tenía razón y negarlo sería inútil.
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[Kidge] Red, Green & Love
Fanfiction¡ATENCIÓN! El siguiente libro contiene historias -one-shots- de la pareja Keith x Pidge principalmente. Más menciones de algunas otras parejas. Disclaimer: Voltron no me pertenece, esto es de fan para fans sin fines lucrativos.