» Eres tú

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Eres tú
Continuación de: Me gustas.


—Entonces... —Hunk interrumpió el incómodo silencio que había en la cocina, con una voz cautelosa, como si el hecho de hablar más ameno fuera algo peligroso. Y por alguna razón sentía que era así, Pidge era tan pequeña como peligrosa, y el rostro que tenía en esos momentos alertaba a su instinto de supervivencia—. ¿Están en un triángulo amoroso o algo así?

—¡Hunk!

—¿Qué? —levantó ambas manos con inocencia; para su sorpresa el primero en saltar para reclamar fue Lance y no Pidge, no sabía si eso era algo bueno o malo—. Sólo quiero saber. Ya saben, esto podría afectar nuestro trabajo en equipo y esas cosas.

Sería una excusa perfecta, puesto que la situación actual del universo era delicada, sin embargo Lance conocía lo suficiente a su amigo como para saber que sólo era un completo cotilla.

Esa vez su intención era saciar la curiosidad de una vez por todas, porque estaba muy, pero muy seguro de que no era el único consciente de la tensión que rodeaba las últimas semanas a Lance, Keith y Pidge.

En especial entre ambos chicos. Ya todos conocían la rivalidad que se creó desde el primer día, los dos competían por cuál era el más rápido en los vuelos, quien esquivaba más obstáculos u obtenía más victorias contra los simuladores del castillo, aunque siempre parecían estar peleando solo era su manera de demostrar el lazo de amistad que sin darse cuenta se formó.

No obstante, ahora la interacción entre Lance y Keith distaba mucho de esa rivalidad amistosa. Cuando Kogane no ignoraba al cubano como si no existiera, le gruñía y Hunk podía asegurar que si las miradas matasen el pobre de su amigo moreno sería enterrado varios metros bajo tierra.

—No, no estamos en un triángulo amoroso, Hunk —Lance recargó las manos en la mesa—. Sabes bien que a mí me gusta Allura.

Ese era un gran punto a favor del moreno. No fue hace mucho que Hunk y Pidge hicieron una escena teatral, burlándose de lo mal que tenía la princesa al ahora paladín rojo.

—Entonces no entiendo por qué Keith parece que quiere matarte cada vez que te cruzas con él.

—¿Que no lo entiendes? ¡Es bastante obvio! A Keith... —Lance no pudo terminar la oración. Solo se escuchó el chirrido de la silla cuando Pidge se levantó y salió del lugar en silencio.

Aquello asustó todavía más a Hunk y también le preocupó. Su amiga nunca era así de callada, la situación parecía ser peor de lo que esperaba. ¿Era tan malo que dos personas se peleen por ti? Tal vez debería sentirse halagada... tal vez, no lo sabía, nunca había estado en una situación similar y no lograba entender del todo.

—A Keith le gusta Pidge, creo que eso todos lo sabemos —terminó Hunk, con un ligero encogimiento de hombros. Los únicos que no parecían darse cuenta que el sentimiento era mutuo, eran los mismos Pidge y Keith—. ¿No pueden simplemente decirlo y ya? No comprendo por qué hay tanto drama.

Un enorme suspiro escapó de los labios del cubano, mientras se dejaba caer en una de las sillas. Estaba agotado, tanto física como mental... y sentimentalmente. Le dolía ver a Allura con Lotor, por lo tanto comprendía la fea sensación de no estar con la persona que te gusta... o peor aún, que amas, no quería que su mejor amiga pasara por esa situación por culpa de un mal entendido. Lance mismo se ofreció para ir a aclarar las cosas con el azabache, pero Pidge se había negado rotundamente, tampoco quería pasar por encima de los deseos de ella y obligarla a hablar de nuevo con el miedo de otro fracaso.

[Kidge] Red, Green & LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora