[Kidge] Red, Green & Love

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No se lo digas a Keith
Continuación de: Me casaré con Katie Holt.

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—Es un piloto formidable, joven Shirogane —Iverson puso una mano en su hombro con una sonrisa orgullosa, después de todo tenía frente a él al mejor piloto de su generación; era como tener al mismísimo Kogane Keith, pero amable y más importante, no se mete en ninguna pelea—. Siga así y tendrá un futuro prometedor.

—¡Muchas gracias, señor! —hizo el típico saludo militar, con una expresión seria que en realidad solo duró un poco.

Porque cuando Iverson se fue, soltó un enorme suspiro antes de sonreír de oreja a oreja. A veces no se creía que en verdad estaba en el Galaxy Garrison, ¡iba a convertirse en un piloto como Keith!

Hoy obtuvo el puntaje más alto en las pruebas de simulación, al momento de hacer observaciones no hubo casi ninguna. Era bueno además liderando a su equipo y trabajar con el hermano pequeño de Katie se le daba tan natural como respirar.

Se moría por contarle como estuvo su día a Katie... los últimos días trataba de animarla, ya que Kogane tuvo que salir a una misión a Kerberos junto con el señor Holt, un piloto incluso más bueno que Keith. Por lo poco que sabía durarían meses haciendo ese trabajo y ella era muy apegada a su familia, así que intentaba entretenerla en sus ratos libres para que no se entristeciera con la falta de su padre... y su esposo.

Corrió hacia los talleres, deteniéndose algunas ocasiones cuando un superior pasaba para que no lo regañaran, hasta que finalmente llegó a una enorme puerta que tenía el nombre de Katie Holt y un extraño dibujo que sabía ella hizo con un marcador permanente verde.

Pero en lugar de entrar se mantuvo ahí de pie, tratando de que sus latidos desbocados se tranquilizaran, respiró profundo y se echó aire con las manos como si con eso fuera capaz de menguar el calor de su rostro.

Últimamente era más difícil ocultar lo que sentía por ella.

—¡Pidge, no adivinarás qué pasó hoy! —en contra de sus planes entró de golpe. La vio saltar un poco en su lugar y casi tirar la llave inglesa con la que ajustaba el brazo del prototipo de robot que hacía.

La castaña sonrió al darse cuenta de quién era, dejó sus materiales a un lado recargándose en la mesa.

—Tuviste la mejor calificación en tu último examen. —la expresión de Shiro se desencajó.

—¿C-cómo supiste eso?

—Iverson llegó hace unos minutos a agradecer como por millonésima vez que Keith y yo te hayamos traído al Galaxy Garrison —hizo un encogimiento de hombros y se acercó a él, revolviendo con cariño su cabello—. Felicidades, si Keith estuviera aquí te haría saber lo orgulloso que también está de ti.