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Mis pies estaban congelados, ni siquiera mis calcetines térmicos ayudaban. La temperatura de Seúl cada vez bajaba más y más. Retiré las sábanas de una patada tomando mis anteojos de la mesita de noche que se encontraba justo al lado de mi cama.

Camine apresuradamente hacia mi ventana sentándome delicadamente en el asiento que se encontraba frente a esta. La bestia seguía dormida plácidamente entre las nieves. ¿Cómo carajos no buscaba una cueva o se daba calor estando entre la manada? Mis ganas de salir y arroparlo me consumían al verlo ahí solo bajo la nieve. Pero no cambiaba el hecho de que era un lobo y que posiblemente estaba fuera de mi casa para poder comerme cuando saliera. Ese era el segundo pensamiento que tenía sobre la bestia.

Me giré sobre mis talones, seis y media, aún tenía tiempo para alistarme e irme a estudiar a la Universidad. Siempre he sido muy independiente ya que prácticamente me he criado sola toda mi adolescencia, mis padres son muy muy descuidados y no me ponen la total atención que necesita una chica de mi edad. Mis calificaciones no son malas, al contrario, soy la más inteligente del aula y me nombraron presidenta del consejo estudiantil hace tres años, no tenía una vida mala. Simplemente necesitaba a mis padres de vuelta.






— ¿Cómo va todo con tu lobito? — Giré los ojos al escuchar el comentario sarcástico de mi mejor amiga, no pude evitar soltar una risita.

— Ya sabes, se la ha pasado todo el día observándome desde el bosque. Me siguió camino hacia acá, comienzo a acostumbrarme.

— Vaya, eso sí que es incómodo. ¿Qué si ya te vio desnuda? —Ahogué una risa, si soltaba la carcajada a ambas nos sacarían del salón y nadie quería eso.

—JooE, ¡creo que es lo más idiota que me has dicho! — Grité en un susurro.

—Oye, solo digo... ¿has visto Crepúsculo? ¡Qué tal si es un Jacob!

— ¡Señorita Lee! ¿Desea compartir algo con la clase?

Mierda y más mierda, pensé.

—Si un gato cae siempre de pie, y una tostada con manteca cae siempre del lado en que está untada: ¿Qué pasaría si le atas a un gato una tostada en la espalda, con la manteca hacia arriba y luego lo tiras al aire?

Dejé caer la cabeza al pupitre, sonoras carcajadas inundaban la clase. La señorita Chan simplemente le lanzó su borrador haciendo que cayera en la cabeza de la rubia y sin más siguió con lo suyo, al menos la pregunta estúpida de JooE había evitado que nos sacaran a patadas de la clase.

— De nada. — JooE me había guiñado el ojo, le saqué el dedo corazón disimuladamente.

El aula estaba completamente en silencio hasta que la clase fue interrumpida por aullidos de lobo, rápidamente pensé en mí lobo. Los aullidos se escuchaban bastante cerca para mi gusto, algo andaba mal, la bestia normalmente aullaba cuando había peligro o se sentía bastante inquieto. La mayoría de la clase, incluyéndome, nos pegamos a la ventana ignorando totalmente los llamados de la profesora Chan.

Seis lobos estaban con la bestia negra de ojos amarillos, el ambiente se notaba incomodo entre estos mismos. En un abrir y cerrar de ojos, los seis lobos saltaron contra la bestia.

— ¡No!

Y sin más salí corriendo de ahí ignorando los gritos de mi mejor amiga y de la profesora, estaba corriendo increíblemente rápido, hasta yo misma me sorprendí al ver como corría, ni siquiera corría así en clase de educación física. Él ya había salvado mi vida, ¿por qué no hacía algo por el también? Tome el primer extintor que se me cruzo por el camino, que alguien por favor me diga que mierda estoy a punto de hacer.

La fría brisa golpeo mi rostro al igual que todo mi cuerpo, ni siquiera había tenido tiempo de tomar mi abrigo. Troté y troté hasta que finalmente llegué al lugar que quería y sin pensarlo le lancé el extintor dándole a tres de los lobos en la cabeza, entre chillidos y con la cola entre las patas se alejaron un poco de mí. Los otros tres lobos se giraron rápidamente hacia mí.

Bien, este sería mi fin.

Uno de los lobos se abalanzó encima de mí, el lobo era jodidamente pesado para el pequeño cuerpo que me cargaba; todo el aire que tenía había sido desechado al momento en el que colocó su pata en mi estómago, pude escuchar a lo lejos los gritos de horror de todos mis compañeros de clase. Quise suponer que ese lobo era el alfa por el color rojo de sus ojos, tenía muy cerca su hocico la baba caía en mi cara y pude notar como sus perfectos colmillos aparecían cada vez más en posición para dar la primera probada de mi rostro. Cerré los ojos aceptando la decisión que había tomado hace unos minutos

De un momento a otro, el lobo gris que se encontraba encima de mí salió disparado hacia el otro lado del bosque. La bestia oscura se había abalanzado encima de él, estaba salvándome otra vez. Comenzaba a preocuparme al ver la sangre entre la nieve, mi lobo estaba herido y todo por salvarme el culo de nuevo. Mi atención se centró en los otros cinco, quienes me veían fijamente al mismo tiempo que se acercaban cautelosamente hacia mí con sus colmillos fuera. Comencé a arrastrarme de la misma manera hacia atrás, gotas de sudor comenzaban a caer de mi frente, ¿en qué lío me había metido?

— Dae, ¿me escuchas?

La voz angelical de la profesora Chan hizo que saliera de mis pensamientos. Asentí levemente con la cabeza.

— Ni se te ocurra levantarte, niña. Arrástrate cuidadosamente hacia el campus.

—Créame que no pensaba hacerlo.

—Dae, si no regresas viva, ¿puedo quedarme con tus cosas?

— ¡Ahora no, JooE!

Un error de mi parte, al alzar la voz, los cinco lobos se me abalanzaron. Uno de ellos pudo rasgar mi brazo con sus colmillos. Solté un grito bastante desgarrador, pensé que nunca más volvería a sentir este tipo de dolor en mi cuerpo, la sangre comenzaba a caer y a tornar la nieve de un color rojo. A lo lejos escuchaba los gritos de mis compañeros y gritos de las demás aulas. Mi vista se comenzaba a nublar, sentía como el hocico de los lobos rasgaba mi rostro al igual que sus garras rasgaban todas las partes de mi cuerpo. Solamente estaba esperando a que este dolor terminara.

Un fuerte gruñido percató mi atención, los cinco lobos fueron arrojados a mordidas hacia el otro lado, pero yo ya no tenía fuerzas para ver lo que estaba sucediendo a mí alrededor. Sonreí al ver de reojo a mi bestia dándoles una lección a aquellos putos lobos.

—Buen chico. — Susurré para mí misma.

Todo se había tornado negro para mí.






The girl who cried wolf➳ Jungkook; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora