twelve

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Regresar al Instituto no era de mi agrado.

Los susurros no faltaban, rumores y por supuesto, la lastima por parte de los demás sería algo de nunca terminar a partir de ahora. Había escuchado a chicos y chicas que me llamaban "La chica lobo" a mis espaldas, las venas me hervían al escucharlos y las ganas de golpear a todos me consumían, no era una chica broncuda, pero JooE sí.

— ¿Por qué no se meten en sus propios putos asuntos? ¡Imbéciles! — Gritó llamando la atención de todos en el pasillo, inmediatamente volvieron a lo suyo.

Ventajas de ser hija del director.

— Joo-won, eso no era nece... — Me interrumpió

— No me jodas, no dejaré que molesten a mi mejor amiga.

Sonreí enormemente al escuchar aquello, al menos la tenía a ella. Tenía amigos sí, pero JooE era irremplazable.

— Te queda bien el color negro, Joo-won, creo que mejor que el rosado. También veo que estuviste yendo al gimnasio. — Caminábamos juntas hacia la cafetería, las primeras cuatro horas habían finalizado y era algo que agradecía eternamente.

— Sí, bueno, sabes cómo es mi madre en esos aspectos. — Se encogió de hombros con una sonrisa ladina

Y era verdad, su madre estaba obsesionada con hacer que Joo-won adelgazara y estuviera en forma, quería que siguiera los mismos pasos que ella en el modelaje.

— Y, ¿hablaste con ella?

— No me escucha, Dae. — Rió por lo bajo. — Simplemente me queda aceptar.

— Te prometo que cuando vivamos juntas, no te pondré límites con la comida. — Intenté hacerla reír y funcionó.

— ¡Realmente ya quiero vivir contigo!

¡No podía invitarla a quedarse conmigo por ahora! ¡Vivo con siete cabrones que intentarían ligársela a toda costa! Dejando de fuera a mi Jungkookie

— Y lo haremos, pero hasta que ambos tengamos edad.

La pelinegra me hizo un puchero. Cosa que me causó gracia

Al llegar a la cafetería nos sentamos en donde ambas solíamos estar y hablar de todo lo que ha sucedido en el día o simplemente, de personas que nos caían mal. En un abrir y cerrar de ojos, tres chicas habían dejado caer sus bandejas de alimento sentándose frente a nosotras. Giré los ojos, solo pude ver de reojo como JooE cerraba los puños.

Hyemin y sus dos perros falderos venían con toda la intención de molestarme y no lo permitiría.

— ¿Qué se siente haber sido atacada por lobos? — Preguntó descaradamente la rubia teñida.

La ignoré, al igual que Joo-won.

— ¡Cuando te hable, mírame!

Solté un gran suspiro y la miré, con odio y aborrecimiento. Tenía que lidiar con ella desde que nuestros padres decidieron hacerse "socios" cuando estábamos cursando la primaria, realmente maldecía aquel día.

— ¿Qué quieres que te diga, Hyemin? Descúbrelo tú misma.

— Me rehusó a estar cubierta de baba de lobo... ¡y sangre! ¡ew!

— Aunque siendo tú, dudo que algún lobo quiera acercarse a ti. —Murmuré, lo suficiente para que ella me escuchara. JooE ahogó una risa.

— ¿Qué acabas de decir, idiota?

— Que te pierdas, zorra. — Concluyó mi amiga pelinegra.

— ¿Y tú quién te crees que eres, estúpida? — Habló uno de sus perros falderos, Jun, creo que se llamaba así.

The girl who cried wolf➳ Jungkook; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora