Fue un viaje realmente largo, tuve tiempo de recapitular lo sucedido desde mi conversación con Yanira, además de repasar brevemente los últimos dos meses que ya se los había contado. ¿Quién habría imaginado que la sociedad podía perder la cabeza por un trozo de metal? Entiendo que el oro es un material preciado por su escasez, pero no era la llave en sí lo que tenía relevancia sino el trasfondo de esta, su significado era muy alto desde todo punto de vista. ¡Y pensar que ni el Canciller ni T querían aceptar una llave de Diamante! De seguro que se trataba por el peso de semejante responsabilidad, para tratar con un asunto como ese hacía falta conocer el sistema a la perfección, tener amplios estudios en ámbitos económicos, sociológicos, políticos y financieros. O al menos poseer el interés y capacidad para aprender de ello en poco tiempo. A propósito de Paul, el oficial me había comentado que salió del distrito por seguridad personal, supuse que se refería a la escena producida durante mi visita.
Asomé la cabeza por la puerta abierta antes de bajar, estaba un tanto inquieto pues a mitad de camino el helicóptero había pasado por sobre el vehículo.
Nada, todo tranquilo. Agradecí al policía por traerme y este marchó. Hablando por el radio.
Me dirijo a la puerta por donde salí aquella vez para verme con Joel y comer algo.
Tiro de la manija y entro, rebusco en mi memoria una vez más para seguir la ruta indicada hacia el hangar. Tomo el pasillo de la derecha e impacto contra alguien que estaba parado allí. "Disculpe" Digo y me dispongo a proseguir.
— ¿Por qué quieres que te disculpe? ¿Por retrasar mí trabajo al escapar en aquél condominio? ¿Por huir en el bosque con Mi Llave?
Alcé la mirada y quedé atónito al descubrir que era Eduardo quien me hablaba.
— Debo reconocer que eres muy escurridizo, ni si quiera pude obtener tu nombre pese a mis métodos. Tuvo que ser el piloto quien me contase, Mark, que así te llamas. Pregunté por mayor información pero nadie pudo proporcionármela, interrogué de diversas maneras a cada villano que caía en mis manos pero no te conocían, la policía local no es nada, menos mal me avisaron que vendrías aquí. Tu nombre, nada más conozco de ti, a excepción de tus cargos. El haber hurtado una llave de segundo nivel es un alto delito que amerita la muerte, en el supuesto que pertenezcas a la organización contra la cual lucha la FCD.
— Yo...
— Lo cual creo que es verdad, aparte de ser el directo responsable de la muerte de un gobernador. – Dijo en referencia a Vito. – No solo esto, sino que con tu líder asesinado por mi persona, tienes la osadía de robar una vez más Mi Llave y salir con exceso de velocidad en dirección a las vías de un tren.
— Hay un malentendido. – Interrumpo. – De hecho son varios.
— Díselo a la ley.
Da un paso hacia mí y yo retrocedo.
— Oh, espera. Yo soy la ley. – Dice con ironía mientras se descuelga el arma que lleva en un hombro. – Recordarás la escopeta, una pieza de arte.
Doblo parcialmente las rodillas, dispuesto a correr hasta el hangar.
— ¿Qué esperas? ¡Huye!
Entonces me impulso por los pasillos, tomo la izquierda y luego la derecha. ¿Qué venía después? No tengo tiempo de pensar pues una serie de perdigones perforan la pared desportillando estuco y cerámica. Giré a la derecha nuevamente. Oigo otro disparo a mis espaldas.
— ¡Nadie me hará fracasar en mi misión! ¡Ni la Fuerza Contra Disturbios! – Disparo. – ¡Ni Raúl El Pardo! – Disparo. – ¡Ni Tú!
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La Llave Dorada
Teen FictionLa historia completa de un académico quien debe resolver un misterio por ayudar a un amigo. Esta novela de ciencia ficción policial, tiene lugar en mundo futurista con diferentes estratos sociales, sistema económico, y demás elementos que complican...