"No es oro todo lo que reluce".
Sinopsis: Ámbar Smith es una famosa actriz que está perdiendo una parte de sus fans gracias a su rompimiento con el más famoso actor teen, Matteo Balsano. Su agente, Richard, entonces, tiene una gran idea: Juntarla co...
El ruido que hizo Delfina al abrir la puerta, me despertó. Me arreglé en el sofá mientras ella cerraba la puerta y volví a estudiar el guion que Richard me había mandado por email. No podía perder aquella oportunidad. No podía fallar.
- Hola, Ámbar. – Delfi dijo sonriendo y yo apunté al notebook. - ¿Qué es eso?
- Estoy estudiando para un casting. – Contesté mientras bostezaba. Estaba un poco cansada. – Richard me llamó cuando estaba por entrar para ver la película.
- ¿No viste la película? Fue increíble.
- Delfi, ni yo, ni Simón vimos la película. – La miré fijamente. - ¿Cómo no te diste cuenta?
- Estaba muy ocupada viendo la película con Pedro. – La morocha se justificó. – Después que se terminó la película, hablamos mucho y nos dimos cuenta que tenemos muchas cosas en común. Y él me llamó para salir de nuevo con él, pero solo los dos.
- Que bueno. – Fingí interés en lo que me decía Delfi. – Me quedo feliz por vos. Te lo mereces.
- ¿Qué pasa? – Delfina se sentó a mi lado. – Te conozco y sé que no estás nada bien.
- Simón me dijo que Matteo ya tiene el rol principal para la película que yo quería estar. Richard me dijo que volverán a llamarme, pero no sé. No estoy segura si eso va a pasar. – Hice una pausa. – Pero yo ya me acostumbré con la idea y no es eso que me está dejando confundida.
- ¿Y que es?
- Simón. – Admití y Delfi sonrió. – No es de la manera que estás pensando, Delfi. – Respondí y rodeé mis ojos. – Él me dijo cosas muy bonitas para confortarme. Me aconsejó demasiado y pidió que yo confiara más en mí. Eso se quedó guardado en mi mente y ahora me siento, no sé, creo que, culpable por haber mentido.
- ¿Vos sintiéndote culpable por algo? – Delfina cuestionó sorprendida. – Wow, lo que te dijo Simón parece realmente haber revuelto algo ahí adentro de vos.
- Sí, Delfi. – Suspiré cansada solo en pensar en todo. – Él fue tan amable que me siento mal por mentirle en la cara. Simón, de alguna manera, me hizo sentir bien y hizo con que yo confiara más en mí. Me ayudó a entender que perder el rol de esa película no es el fin del mundo o de mi carrera y que no puedo desesperarme por eso. Tampoco es algo que pueda medir mi talento o como actúo. Hay millares de películas y sé que soy capaz de hacer todas. Estoy segura de mi talento.
- ¿Qué está pasando aquí? – Mi mejor amiga parecía realmente sorprendida al escucharme. - ¿Quién sos y que hiciste con Ámbar Smith?
- No, Delfi, te hablo en serio. – Le di una media sonrisa. – Él tiene razón. Jamás pensé que diría eso, pero es verdad. Yo no necesito de una película para sentirme bien con lo que hago. Tengo que hacer lo que amo y dedicarme a eso. Quizás no sea el momento ideal para trabajar en algo tan grande, no sé.
- Estoy asustada. Te dejo dos horas y pareces otra persona. Estás super confiada. – Solo me reí con el comentario de Delfina. - ¿No vas a dormir?
- Ahora no. – Contesté, bostezando de nuevo. – Tengo que estudiar un poco más.
- Buenas noches, entonces.
- Buenas noches. – Me despedí de Delfi y volví a leer el guion.
En el otro día, desperté temprano y me bañé. Desayuné sola y estudié un poco más para el casting. Salí sin despedirme de Delfi, que seguía durmiendo y fui al casting. El casting fue increíble o al menos pensaba eso. El resultado saldría en algunos días y estaba contenta. Intenté llamar a Simón para agradecer su apoyo, pero él no me contestó. Imaginé que él pudiera seguir durmiendo y decidí intentar después. Tomé mi móvil para acceder a mis redes sociales cuando estaba parada en el semáforo. Abrí mi cuenta de Twitter y no pude creer en lo que estaba viendo. El móvil cayó de mis manos y intenté calmarme.
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Entré en mis otras redes sociales y me di cuenta que Simón me había bloqueado en WhatsApp y en Instagram.
- No, no, no, no. – Entré en desesperación y el semáforo se puso verde. – No, no, eso no me está pasando.
Los autos detrás de mi empezaron a tocar bocina porque yo no me movía y decidí detener el auto al costado del camino.
- No puedo creer en eso. – Volví a llamar a Simón, pero él empezó a rechazar mis llamadas. – No, eso no se va a quedar así. – Dije segura y empecé a conducir de vuelta a mi apartamento.
