Capítulo 19: Cuando Tus Temores Te Buscan

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Ámbar

Simón no tardó mucho para llegar a mi apartamento. La verdad es que él había llegado más rápido que yo imaginaba. Levanté del sofá para abrir la puerta y lo vi con su guitarra. Me contuve para no seguir cometiendo los mismos errores de antes. Yo no era su novia de verdad y no podía actuar como si realmente lo fuera. Simón forzó una sonrisa y yo cerré la puerta mientras él caminaba hasta el sofá. Él se sentó y puso la guitarra a su lado. Me senté en una silla y me quedé callada. Algo me decía para no cometer ese error, para no contarle nada, para decirlo para irse de mi apartamento. No podía exponerme tanto a un desconocido. Suspiré, incomoda con la situación. Levanté mi cabeza y miré en la dirección de Simón. Él no parecía estar esperando nada, no parecía querer presionarme a decir a nada y de alguna manera, aquella actitud me traía consuelo. Él no era como todos los otros. Forcé una sonrisa a mi 'novio' y él seguía callado como si no supiera que hacer. Podía ver en sus ojos que él se estaba sintiendo incapaz, inútil y sin ningún poder para ayudarme.

- Perdón. – Dije por fin. – Estaba en desesperación y te hice quedarse preocupado por mí. Fui una idiota.

- No quiero presionarte. – Simón parecía buscar las palabras correctas. – Ámbar, sé que te sientes una idiota por haber pedido ayuda, pero no eres. Nadie puede hacer todo solo y quiero que sepas que estoy aquí. Aunque sea solo para escuchar tu respiración y que no quieras decirme nada, seguiré aquí hasta que te sientas mejor. Estoy aquí contigo.

- Gracias por respetar mi espacio. – Agradecí. – Recibí una llamada que jamás esperé recibir, Simón. Esto me dejó de esa manera. Fue muy inesperado.

- ¿Quieres hablar de eso? – Simón preguntó cauteloso. – Porque si no quieres, te respeto.

- La verdad es que no sería justo no decirte nada. Te hice quedarse preocupado por mí y interrumpiste tu ensayo para verme. Y no me digas que no lo hiciste porque sé que lo hiciste. – Mordí mi labio inferior al no verlo negar. Él realmente había interrumpido el ensayo de la Rollerband para ayudarme con mis problemas. – Yo recibí una llamada de un hospital hace poco. Mi madrina y tía está mal. Ella es la única familia que tengo. – Hice una pausa y bajé mi cabeza. No podía mirar Simón a los ojos. – Mis padres murieron y ella me creó desde que yo era muy chica. El problema es que Sharon, mi madrina, siempre me trató muy mal y yo nunca dije a nadie que ella seguía viva. Tenía miedo y vergüenza también. Delfi no sabe de eso y yo no sabía que hacer. En verdad, sigo sin saber qué debo hacer, Simón.

- Ámbar... - Simón me miró sorprendido. – No tengo palabras. – Él suspiró, volviendo a intentar buscar las palabras amables que siempre utilizaba conmigo. – Gracias por confiar en mí. Tu secreto está a salvo, lo voy a mantener conmigo, nadie nunca se va a enterar hasta que estés lista para esto.

- Gracias. – Cerré los ojos. – No podía contar esto a Delfina porque yo nunca le dije nada sobre Sharon. Nadie sabe sobre Sharon, Simón. No sé porque, pero, yo confío mucho en vos. Sabía que debía contar a alguien lo que estaba pasando y solo pude pensar en vos para ayudarme. Estoy segura que las otras personas iban a juzgarme por no haber estado allá para ella cuando me necesitó, pero yo también tengo sentimientos. – Levanté de la silla y empecé a caminar por la sala. – Lo que Sharon me hizo, me causó mucho daño. Ella me hacía de su mucama, cocinera, jardinera y yo nunca supe hacer ninguna de esas cosas. Sharon me castigaba por no saber hacer las cosas que ella me pedía, me dejaba con hambre, me mantenía en una especie de cárcel, me golpeaba y... Yo nunca entendí el motivo. Yo soy la hija de su hermana. Su única hermana. – Me detuve a caminar cuando Simón tomó mi brazo. – Nunca pude entender porque ella me hizo tanto daño. Al menos, siempre tuve el dinero de mis padres y siempre estudié en las mejores escuelas. Sharon tuvo, al menos, un poco de escrúpulos por no privarme del dinero de mis padres y de una buena educación. La escuela era mi válvula de escape. Me encantaba estar en un lugar donde podía ser quien yo quisiera y fue allá que descubrí lo que quería para mi vida. Empecé a frecuentar las clases de teatro, escondida de Sharon y todo en mí cambió. – Sonreí al recordar el momento en que me sentí libre por primera vez. – Era como descubrir lo que yo tenía que hacer el resto de mi vida, como descubrir cuál era mi propósito. Cuando completé dieciocho, salí de la mansión de mis papás donde vivía con ella, tomé todo el dinero que era mío por derecho y empecé a buscar mi camino. Solo hace dos años que yo hice eso. Conocí a Richard, Delfi, Matteo, me transformé en una estrella y creo que mis papás estarían orgullosos de mí. – Simón me regaló una tierna sonrisa. – Perdón, creo que hablé demasiado y... Te estoy aburriendo con mis problemas.

Fake Love | Fanfic Simbar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora