Capítulo 27: Algún Día

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Ámbar

Miré el reloj pegado a la pared y suspiré. Aún tenía tiempo antes que Simón llegara. Subí las escaleras de la mansión y fui a bañarme. Salí del baño, puse mi vestido rojo y tacones. Me senté frente al espejo del tocador y me peiné. Puse un par de pendientes, delineador de ojos y lápiz de labios rojo. Estaba lista y aún me sobraba tiempo. Bueno, ahora solo faltaba pedir la comida y sacar el vino del congelador. Bajé las escaleras, fui hasta la cocina y saqué el vino del congelador. La campana sonó y yo fruncí el ceño. No estaba esperando a nadie. Miré por la mirilla y vi Simón parado frente a mi puerta. Él estaba con una camisa blanca y jeans. Simple, pero hermoso como siempre. Respiré profundamente e intenté mantener la calma. Era solo una cena de amigos como siempre. Abrí la puerta y él me extendió un ramo de flores.

- Muy temprano. – Dije, forzando una sonrisa a Simón. Él se rió y me dio un beso en la mejilla.

- Lo sé. – Simón me contestó y yo agarré el ramo de flores. – Te traje rosas rojas para un pedido de disculpa. Creo que fui un imbécil en los últimos días.

- Gracias. – Agradecí, entrando en la mansión y él siguió parado en la puerta. - ¿No vas a entrar y sentarte un poco?

- No. – Él negó y yo lo encaré. - ¿Sabes qué? Te iba a traer rosas blancas, pero las rojas se coincidieron perfecto con tu vestido.

- Gracias. – Repetí, intentando no ponerme roja con su elogio. - ¿Pero por que no vas a entrar? ¿No vas a cenar conmigo?

- No. – Simón puso las manos en su bolsillo y yo lo encaré. – Pon a las rosas en un jarrón y después hablamos. – Seguí encarándolo y él se rió.

Balanceé mi cabeza negativamente y me volteé, yéndome hasta la cocina. Agarré un jarrón, puse un poco de agua y encajé las rosas. Dejé las flores encima del lavabo y volví a la sala. Simón seguía de pie, recostado en la puerta, revisando algo en su celular. Me acerqué a él y Simón me forzó una sonrisa, guardando su móvil. Crucé los brazos y me quedé parada, esperando una explicación.

- No voy a cenar contigo porque hoy no vamos a cenar, Ámbar. – Él empezó a explicarme como eran las cosas. – No te quedes molesta, bonita. Quiero invitarte para ir a un lugar conmigo.

- ¿Qué lugar? – Pregunté.

- No te voy a decir. – Simón sonrió. – Tienes que confiar en mí. ¿Aceptas mi propuesta? – Él extendió su mano en mi dirección y yo miré a sus ojos y después a su mano.

- Claro. – Acepté, sonriendo y tomé mi móvil. - ¿Tengo que llevar algo más?

- Solo tus pies. – Él miró a mis pies. – Quizás sea mejor que no te vayas con tacones.

- ¿Seguro? – Miré a mis tacones. – Porque, ya sabés, si no voy de tacones, vamos a estar como, no sé. – Hice un gesto con las manos altas y bajas. - ¿Me entendés? Vas a estar más arriba que yo y quizás yo no alcance verte. – Simón empezó a reírse y balanceó su cabeza positivamente.

- Vamos. – Él tomó mi mano, sacándome de la casa.

Solté su mano, apagué las luces de la sala y cerré la puerta de la mansión. Simón volvió a tomar mi mano y seguimos hasta su auto. Él me ayudó a subir en su auto y después se sentó en el asiento del conductor. Encendí la radio y me recosté en el asiento. Cerré mis ojos después de un buen tiempo. Estaba un poco cansada solo en mirar a la calle. Parecía que nunca íbamos a llegar.

- ¿Tardaremos en llegar? – Pregunté, siguiendo de ojos cerrados.

- No. – Simón negó.

- ¿Cuánto tiempo? – Volví a preguntar y sentí el auto parando. - ¿Llegamos?

Fake Love | Fanfic Simbar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora