XVI

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En ningún momento tuvieron la intención de soltar sus manos, miraban fijamente la puerta de la habitación donde se encontraban, hasta que el menor rompió el silencio.

- ¿Por qué no me has reclamado?, ¿por qué aún actúas como si nada hubiese pasado?...- ahora se dedicaba a mirarle, sus ojos seguían en esos peculiares colores, su mirada reflejaba dolor.

-Yo...- No le permitía hablar, uno de sus dedos se posaron en sus labios

-Me imagino que éramos cercanos y lamento ya no ser esa persona...- Yoongi fue el que le interrumpió está vez

-Claro que ya no eres la misma persona.- Jimin bajo su mirada algo dolido.- Posiblemente tengas gustos distintos, escuches música diferente... era un poco obvio que cambiara lo que alguna vez fuiste, pero sé que hay cosas que se mantienen contigo, podemos empezar a conocernos de nuevo...- Yoongi no esperaba que esas palabras salieran tan fácil de su boca.

Admitía que esas palabras de Yoongi le habían llegado, no se había dado el tiempo de conocerlo bien, igual era muy reservado pero aquel muchacho pálido y de mirada gatuna que tenía en frente lo hacia sentir de una manera inusual, cosa que no experimentaba con nadie más.

Un ruido de personas entrando les tomó por sorpresa, cosa que alteró un poco al chico de mejillas rechonchas, cerro sus ojos y se transporto encontrándose en la parte de abajo; justo ahí estaba su tía Soo, algo cansada pero mantenía en su rostro aquella hermosa sonrisa, claro que no venía sola, esto parecía que iba a ser una reunión demasiado interesante.

Por el otro lado los presentes al ver como Jimin apareció de esa manera en el sitio, le observaron detalladamente; estaba totalmente diferente, principalmente el aura que emanaba y el color de sus ojos, no estaban seguros pero se preparon por si tenían que atacar, Yoongi al ver la situación, se puso frente al muchacho.

-No, no.- hacía un movimiento con las manos dando a entender de qué se quedarán quietos.- tranquilos, él está bien...

-Yoongi... yo puedo arreglarlo.- Jimin tomó el brazo del chico pálido, para hacerle a un lado.- Tía Soo...- corrió para abrazarla.

-Oh, mi pequeño Jiminnie...- Rompió el abrazo para tomar su cara entre sus manos, analizaba firmemente, ahora transmitía tanto dolor su mirada.- Jiminnie... no, no... no puedo perderles, no puedo perderte, no quiero... a ninguno de mis chicos quiero perderle...- Se dejó caer para empezar a llorar desconsoladamente.

No habían visto tan rota a la señora Soo después del incidente de aquella vez, cuando perdió a su hijo. Trataba de mostrarse pacífica y fuerte, sin duda les brindaba cariño a pesar de todo, al final del día era como la madre de cada uno de ellos, les partía el alma verla en esas condiciones, no sabían que hacer para ayudarle.

-Chicos, por favor suban y pónganse cómodos, tendrán que compartir habitación.- Trataba de volver a sonar tranquila, todos negaron dándole a entender que no había problema con eso .- siéntanse en su casa, y tú pequeño Jungkook.- señaló algo molesta.- Ni creas que te dejaré volver con el imbécil de tu tío, te quedas y no pienso discutir, chicos por favor cuiden de él.- Su mirada algo melancólica se enfocaba en el joven rubio.- Jimin, vayamos a hablar a la cocina.

Jimin y Yoongi se dedicaron una última mirada, el chico pálido estaba algo dudoso de separarse pero tenía que hacerlo. Lo primero que hizo su tía fue poner a calentar un poco de agua, estaba nerviosa eso se sentía en el ambiente pero trataba de verse lo más relajada posible, se sentó y miraba a la nada, buscaba las palabras con las que empezaría a hablar, así se pasaron unos minutos.

-Jiminnie, no quería que llegará este momento, yo... yo quería protegerte ...- su voz rota era una daga al corazón del rubio.- no me tengas rencor, además debes escuchar esto antes de todo, necesitas saber el porqué de las cosas.- El muchacho tomó las manos de su tía para apretarlas suavemente, dándole a entender que estaba bien la situación entre ambos, tomó aire y prosiguió.- Tu madre, era una gran hechicera, dominaba cualquier tipo de magia, no había nadie como ella, era tan diferente... fue de las primeras personas que empezaron ayudar a criaturas y seres diferentes, eso la llevo a tener problemas por romper las reglas. En una de esas ocasiones... conoció a tu padre, un summoner cazador, al principio era demasiado difícil poder aceptar su amor pero al final lo hicieron. Todo iba de acuerdo a como habían planeado, nadie tenía idea de quiénes eran los que liberaban a los seres que tenían los cazadores...- su tía se levantó a apagar el agua hirviendo, pero seguía algo pérdida.- Como todos, tenían un secreto bien guardado... Namjoon y tú...- sus ojos amenazaban que estaban a punto de volver a lagrimear.- Namjoon paso desapercibido, pero tu madre en cuanto supo que estaba embarazada de ti, lo único que quería era ocultarles. Fue el momento más crucial de sus vidas, ella prometio cuidarte con su propia vida, así que cuando naciste, creyendo que era lo mejor junto con tu padre, te cedió todo su poder y le hicieron prometer a Namjoon que cuidará de ti...- Jimin estaba sorprendido con todo lo que escuchaba pero eso lo hizo saltar un poco de su asiento.

-Tía...

-Perdón, debo terminar esto.- Cerró sus ojos con fuerza y continúo.- Tus padres murieron en manos de unos cazadores... al enterarse por ahí de los poderes que posees le serías de buen uso.- Se acercó al muchacho y posó sus manos sobre su cabeza.

- Mi pequeño Jiminnie, no te mentiré, dolerá un poco lo que haré, lo siento.

Todo paso tan rápido, el muchacho sintió un horrible dolor que le calaba hasta el alma, soltó un grito tan desgarrador que a los que se encontraban ahí se les erizo la piel, se había ido completamente a negros...

«Outsiders» |YoonMin| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora