Under the Sleeves #1

VI

~Esto no es una vida Audrey,entiendelo.No quiero estar aquí,no quiero seguir despertando cada día y ver como te lastimo,ya no,ya me cansé~

Floyd Harrison

Llega un momento en tu vida en el que te preguntas si rendirte o seguir.

Si caminar o correr.
Si llorar o reír.

Momentos en los que crees que quieres morir pero en realidad sólo quieres que te salven.

He pasado por esos momentos miles de veces a través de los años.

He tomado pastillas,he colgado miles de sogas y he echo de mis brazos un campo de batalla.

Te vuelves frío,no porque quieras,sino por que temes que te lastimen otra vez.

Somos ángeles.

Los ángeles se dañaban a sí mismos porque no les gustaba la vida en la tierra.Este mundo los está destruyendo y por eso intentan volver al cielo otra vez.

Nacemos con dolor y el dolor es algo con lo que vivimos casi todo el tiempo.
El dolor altera nuestra personalidad.

~El infierno está vacío,los demonios están aquí.~

Pegué una última calada al rollo y lo tiré.
Observé cómo caía lentamente al suelo y cuando chocó contra el pasto,

Dejé que mis piernas colgaran en el aire y me acomodé en el balcón.

Miré hacía la carretera,observando como cada niño salía de sus casas contentos por ir al colegio.

¿En que momento me convertí en esta porquería?
Quisiera ser el mismo chico de antes,el que salía a dar vueltas sin un cigarrillo en la mano.
El que que no tenía preocupaciones,el que era feliz.

Una puerta cercana se abrió y visualizé a Audrey,con una correa en mano y un perro atado a ella.

-Skarpy...¡No!.

El perro salió a correr y se soltó de la soga.

-Perro malo-Gritó Audrey.

Alzó la vista y me encontró.
Subió la mano en forma de saludo y gritó.

-Buenos días.

Alzé la mano y me quedé allí.

Me sonrió y fue corriendo a buscar al perro.

Bajé de la ventana y entré a mí habítacion.
Cogí mi mochila de Pink Floyd y unos anteojos de sol para tapar las ojeras que llevaba.

No había podido dormir en toda la noche, me dolía todo.
Tenía marcas en todo el cuerpo.

Destrabé la puerta y la dejé entreabierta.
Me acerqué a la ventana y trepé hasta el suelo.

Tomé la bicicleta y comenzé a emprender el camino hacia el instituto.
Perdí de vista a Audrey una vez doble la esquina.

No quería estar allí, no quería ir al instituto aquel día.
Quería gritar y destrozar todo,pero en vez de eso me quede callado y me destrocé el alma.

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