Under the Sleeves #1

XX

~Las cosas que quiero
hacer antes de morir incluyen
hacerte a tí feliz~

Floyd Harrison

Aparqué la moto en la puerta de la gran casa y ayudé a bajar a Audrey.

Nos acercamos a la puerta principal y logré distinguir el sonido de la típica música que se escucha en una de esas fiestas...Asquerosas.

Nada de rock, nada de Pink Floyd...

Audrey abrió la puerta y entramos al lío.

-Camina-Susurré a su oído mientras la agarraba del brazo suavemente-Te dije que esto no era buena idea.

La casa era gigante.
La sala principal estaba llena de alumnos tomando cervezas y bailando.

La cocina era un desastre, llena de gente tomando jarrones con sustancias que no supe descifrar pero que no parecían traer nada legal con ellas.

Guíe a Audrey a la segunda sala y visualizé a Trevor, sentado en una barra fumando un cigarrillo.

Solté a Audrey y puse mis manos sobre sus hombros.

-Mírame

Rió y alzó las cejas.

-Nada de alcohol en exceso...Mucho menos cigarrillos o drogas,nada de vamos al coche o a una habitación...¿De acuerdo?

Sonrió y se dió vuelta.

Caminó hacia la barra y saludó a Trevor, quien le besó la mejilla y la agarró de la cintura.

Me volteé y salí del tumulto en busca de un baño.

Subí unas escaleras y lo encontré.
Abrí una puerta y la cerré al ver a un chico del instituto enrollandose con una muchacha que compartía clase de Biología conmigo.

-Lo siento-Murmuré

Abrí la de al lado y ví a una chica llorando al mismo tiempo que vomitaba en el inodoro.

-Menuda noche.

Cerré la puerta y al abrir la otra y ver que no había nadie entré.

Trabé la puerta y me senté en el suelo.

Se podía escuchar el sonido de la música y los gritos de los jóvenes.

Miré el baño detenidamente.
Demasiados espejos para mí gusto.

Desde donde estaba, sentado al lado del baño y la puerta, podía ver mi reflejo en mas de seis espejos, y en especial en el que estaba frente a mí.

-¿Que haces aquí?-Le pregunté al chico rubio demacrado.

Revolví el bolsillo del esmoquin y saqué el último rollo que me quedaba.

Lo encendí y le dí una calada.

Pasé unos minutos inmóvil, mirándome al espejo mientras la habitación de llenaba de un olor repugnante.

Alguien tocó la puerta y me paré.
Tiré el rollo a la basura y destrabé la puerta.
La abrí un poco y asomé mi cabeza.

Audrey.

Me miraba fijamente mientras apretaba los labios y se mordía los cachetes internamente.

Esperé a la seriedad se reemplazace por una sonrisa pero estuvimos varios minutos así.

-¿Un gato te comió la lengua?-Bromeé.

Me agarró de la manga del esmoquin y tiró de mí hasta fuera del baño.

-Tenemos que hablar, ahora.-Habló.

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