Under the Sleeves #1

XI

~Destrúyelo todo,y que no quede nada sano en su corazón,por que después de todo,el te lo agradecerá~

Audrey Horren

Floyd se echó hacía atrás luego de unos segundos y salió de la cafetería.

Agarré rápidamente las bandejas y las dejé en el mostrador.

-Hasta luego-Sonreí al señor.

-Hace tiempo que no veo a Harrison reir por alguien-Comentó cuando llegué a la puerta.

Lo miré y abandoné la habitación.

Mí dolor de cabeza había aumentado drásticamente a lo largo de la merienda, así que decidí faltar a la última clases y ir a casa a descansar.

Salí del instituto y bajé las escaleras rápidamente.

Evans se encontraba junto a Rafael, Cotty y Trevor,sentado en el césped.

-...buscado, siempre busca sobresaltar entre la gente-Comentaba Cotty mientras comía un trozo de hamburguesa.

-Mira, ponte a pensar que la chica está bastante loca y que su familia no es la mejor...¡Audrey!-Saludó Rafael alzando las manos y haciendo señas para llamar mí atención.

-¿Nos acompañas?-Preguntó Evans agarrando una hamburguesa y alzandola.

-Acabo de tomar café y ya quieren que coma hamburguesas-Reí acercándome.

-Las hamburguesas son vida Au-Gritó Cotty.

-Me iré a casa Evans, nos vemos mas tarde chicos.

-Saludos a tu madre-Sonrió Rafael tomando un sorbo de gaseosa.

-Gracias.

Fuí hacia casa a pie.
Para cuando llegué, abrí la puerta y aproveché a sacar a Skarpy a la calle.

Dimos unas vueltas y volvimos sobre nuestros pasos.

-...tírale eso también,y esto.

Puse la mano en el picaporte y abrí la puerta.

Dejé que Skarpy entrara y me volteé.

-Ronald, no le tiraré la guitarra esa.

-Lo harás-Gritó el hombre pegando una patada a un mueble que de encontraba en medio de la calle.

-Es mi hijo y yo decido que hacer con sus cosas-Contestó la mujer.

-Tú harás lo que yo te diga pedazo de prostituta asquerosa.

Ronald cogió el mueble echo pedazos y lo tiró fuertemente contra el cesto de basura.

A lo lejos se podía escuchar el delicado ruido de los pedales de una bicicleta,haciendo Tac tac tac en medio del silencio.

Entré a mi casa y subí rápidamente a mi habítacion.
Abrí la ventana y miré hacia la izquierda.

-Mierda.

La bicicleta de Floyd de aproximaba rápidamente a través de la calle.

Miré hacia su casa y encontré a las dos personas en la misma posición.

-Que lo hagas.

La bicicleta se acercaba cada vez más rápidamente.

Alzé las mano y intenté comunicarme a través de señas pero el Rubio pedaleaba con la cabeza gacha y toda intensidad.

Segundos después,el chico había parado y se había acercado a su madre,quien peleaba con Ronald en medio de la calle.

-¿No va a haber un día en el que los vecinos no se enteren de que somos los Harrison?-Gritó arrebatándole la guitarra eléctrica a su padrastro.

-Que se enteren la basura que son vosotros dos-Gritó el viejo cogiendo un trozo de madera y tirándolo contra Floyd

Éste lo esquivó y miró a su madre.

-Yo me voy.

Saltó el enrejado que separaba la casa de la vereda y Ronald lo cogió de atrás.

-Tu no te vas a ningún lado.

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