XII

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Leia observó la isla, se halló nerviosa y totalmente impropia invadiendo tal lugar. Pero ya no sabía a quien mas acudir.
Cuando aterrizaron Leia temió, conocía esa isla como sagrada para los Jedis. Ella era muy sensible a la fuerza, pero aun así, no debía estar ahí.

Su amigo Wookie le dirigió varios rugidos, advirtiendole que alguien los esperaba a fuera del Halcón Milenario.
La mujer tomó valor y decidió enfrentar a su gemelo, aquel que tanto añoraba.


Se había despertado, tuvo que tomar su tiempo para levantarse de la cama, se encontraba mareado y su peso jugaba en su contra. Cuando se estableció su equilibrio, se levantó de la cama, se dirigió al pequeño cuarto de baño en su habitación, lavó su rostro y acomodo su alborotado cabello. Miró su rostro en el espejo, tenía ojeras y sus ojos aun se cerraban por el cansancio.
Al soltar un suspiro, las imágenes lo abrumaron.

Dentro de él sabía que "eso" lo había hecho, pero una parte de él mismo, quería que todo aquello solo hubiera sido una ilusión, un mal sueño. Y estaba su otra parte, la que aún reservaba aquel impulso de estar cerca de Rey, que su aroma le invadiera sus fosas nasales, y muy dentro de él, una parte deseaba seguir tocando su piel.

Desvió sus pensamientos, comenzó a percervir en si mismo, todo lo que estaba evitando todos esos años, se lleno de ira e impotencia.

En un acto de desahogo, alzó su puño y lo impacto contra el espejo, fue lo suficientemente fuerte para romperlo; pero continuó por golpearlo unas veces más, hasta que logró calmarse.
El ardor en su mano, hizo que bajará la mirada, había sangre y pequeños pedazos de vidrio incrustados en su piel. Soltó un suspiro y atendió su herida.

Se había vendado la mano, después de poner una gasa. Salió del cuarto del baño, se vistió con su atuendo pesado y común. Antes de salir miró la cama en donde había visto a la morena, donde la había besado. Solo pudo resignarse a sentirse impulsivo e idiota. Imploro a su propia fuerza a que Rey jamás lo descubriera.


-Sabes, creo que es algo peligroso estar en un mundo tan... ¿común?

Finn dijo de manera susurrante, caminaban por uno de los callejones de Corellia, acompañado de Poe y BB-8.

-Lo se, pero debes saber también que Corellia.- el piloto señalo con los brazos una calle principal-. Permite esconderse a plena vista.

Finn entro dudoso a la calle, permitiéndole observar un sin fin de seres, yendo y viniendo, mercaderes. Era un lugar poco motivador para ser sinceros, era un lugar templado, todo era gris, el ruido era demasiado, además de todos aquellos seres hablando, varias naves pasaban sobre las torres y edificios que se alzaba sobre sus cabezas.

-No es lo mejor de ciudad Coronet, pero créeme, aquí pasaremos desapercibidos.

-¿Qué sigue? -Finn miró a Poe y luego al pequeño droide-. ¿Hay algún plan?

-No exactamente, al parecer estaremos algo de tiempo aquí, por nuestra cuenta.- le hizo una señal a su amigo con la cabeza para que lo siguiera-. Estaremos hasta conseguir las naves, así que primero hemos de encontrar un lugar donde quedarnos.- Poe continuó hablando, mientras pasaba entre las personas-. ¡BB-8 no te quedes atras, no quiero que te roben!

El droide aceleró su marcha y soltó un Beep, haciedo entender que, estaba abrumado por tanta gente.

-Tengo un contacto, su nombre es Lenny, me debe un par de favores por lo que de seguro podrá proporcionarnos un techo, alimento y alguna oportunidad.

Cruzaron entre varias calles hasta llegar a otras menos transitadas. Antes de girar la siguiente esquina un hombre se interpuso en su camino.

-Lenny te esta esperando.

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