XXXI

2.3K 177 32
                                    

-¿Cómo se encuentra?
La pregunta fue llevada en susurro, esperando una respuesta poco esperanzadora.

-No ha ni querido abrir la puerta- Finn miró el pasillo que daba hacia el área de dormitorios, camino que recorrió hace unos segundos; precisamente un cuarto alejado del resto y aislado, ahí se encontraba su amiga-. No ha querido decir nada, la comprendo pero... De esa forma no puedo ayudarla.

-Tal vez, esto es algo en lo que no podemos ayudarla, digo-. Poe trató de acomodar sus ideas y después prosiguió-. No hemos estado ahí, no sabemos que ha pasado realmente ni como se siente ella. Solo dale algo de tiempo, cuando este lista ella vendrá.

Finn continuaba con su mirada hacia los pasillos, sentía que algo no iba bien con ella. Apenas salía de su habitación.
Había pasado una semana desde que ella regreso a la Resistencia.
Quien ahora llevaba el liderazgo de los Rebeldes era Poe y Lando Calrissian, este ultimo se unió, pues Leia en persona le pidió que apoyara a la Resistencia en su ausencia. Indetificandose como aliado de la misma en la era del Imperio.

Rey no habló ni hizo interrogante alguna durante el viaje hacia el escondite de los Rebeldes;
y había puesto un pie de su habitación solo en ocasiones necesarias.
Para comer, entrenar ocasionalmente y juntas de informe de la Resistencia, a las cuales ella no prestaba ni minima atención; parecía evitar todo tema relacionado a Kylo Ren.

Poe le dio un golpecillo para traer de vuelta a su amigo de sus pensamientos. Le hizo una señal con la cabeza, pidiéndole que le siguiera.
Trató de olvidar por un momento el tema de su amiga, pero parecía martillarle constantemente el pensamiento.

Se encontraba hecha un ovillo sobre su cama y pared, arrinconada en la esquina.
Tapaba su cuerpo con una ligera manta.
Llevaba días sin poder dormir, pues el miedo a sus consecuencias carcomian su consciencia.
El miedo a que la fuerza hiciera una de sus conexiones y lo trajera a él frente a ella, ¡oh! Pero que gran pavor le causaba. Por eso dormía como máximo un par de minutos al día, bloqueando y desconectandose de la fuerza.
Rey sabía que Ben se encontraba mas que molesto con ella. No se imaginaba mirandolo a los ojos nuevamente, no sin romper en llanto.
Le extrañaba tanto que su pecho parecía quebrarse y encajarse en su corazón.
Estaba insegura sobre su decisión, ¿fue la correcta?, todo apuntaba que si, era lo que se tenia que hacer, pero le añoraba tanto que su corazón daba vuelcos, suplicandole a que volviera con Ben.

Recordaba su voz y rostro suplicante, pidiéndole que no se fuera, que no le dejara. Le rompió el corazón y se rompió el suyo.
Cuando tuvo privacidad rompió en llanto hasta que se quedo dormida. Le quería de vuelta.

Un par de días atras, ojeo los libros Jedi, llevados por Chewy a su habitación. En un intento vago de distraer su mente.
Lo poco que entendió de ellos fue sobre el código Jedi, reglas que conformaban y gobernaban el comportamiento de la Orden Jedi.

Una de ellas marcaba que un Jedi no debia contraer nupcias, lazos familiares o románticos.

Pues estos lo llevarían al miedo de la perdida, y con el miedo al Lado Oscuro.

Rey a leer y comprender esto, entendió que ella ya había caído al Lado Oscuro desde hace tiempo atrás.

Y una noche había caído profundamente dormida, una terrible tristeza la despertó de manera brusca, cuando abrió los ojos se imaginó ver la figura de Ben observandola del otro lado de la habitación, pero cuando encendió la luz del cuarto no había nada, solo el olor a él.
Esto la limitó a no dormir, y si lo necesitaba seria solo unos minutos.
Cuando sentía que el sueño le ganaba salía a entrenar en la madrugada.

Y la convivencia con sus amigos había disminuido a ser casi nula, por el simple hecho que ella no se encontraba bien.
Le tomó otra semana para sentirse un poco mejor- hablando emocionalmente- lo que la hizo poco a poco volver a tomar lugar en la Resistencia.

PleaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora