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XVII

No podía acostumbrarse a esa sensación, aquel sentir que le proporcionaba las visiones, se simulaban a sueños pero la mayoria para Rey eran pesadillas.
Era como estar flotando en un estanque de recuerdos, no podía escoger cual observar, simplemente dejaba que la fuerza escogiera aleatoriamente por ella.

Después de salir del flote, tocó el suelo. Se apresuró a observar sus alrededores, distinguió un cuarto, lleno de cajas y algunas imágenes extendidas en la pared.
Una luz de atardecer entraba por las persianas, de forma horizontal, haciendo un interlineado de sombras y luz.
Incluso, había una cama en aquella habitación.

Un sonido familiar para Rey le llamó la atención.
Una figura se alzaba, dandole la espalda, La morena se aproximó tratando de reconocer quien era, y no era sorpresa, la cicatriz y su porte marcaba todo.

Era Anakin, soldando una pequeña pieza sobre una mesa.
La puerta se abrió soltando un sonido de deslizamiento y cerrándose a espaldas del hombre que entraba.

-Te estaba buscando.

Este hombre tenía una abundante barba e iba bien peinado, Rey lo reconoció; era aquel que había vencido a Anakin durante la batalla de sables en su visión pasada.

-¿Pasa algo?
Anakin preguntó, de manera extraña, pues no volteó a ver al recién llegado.
El hombre se recargo un momento sobre la mesa y luego tomó un casco.

-Tu dímelo.

Ani le dio una mirada fugaz y volvió a bajarla.

-No...que yo sepa.
Su voz salió dudosa. Dejo la soldadura y tomo una llave, la giró de manera juguetona sobre su mano y comenzó a apretar parte de la pieza.

-El maestro Yoda siente que tu opinión sobre Rosh Clovis no es objetiva.

Skywalker dejo de arreglar aquella pieza y soltó un suspiro de cansancio, mas bien parecido a uno de molestia.

-No creo que sea de fiar.
Dijo aquello sin dirigir la mirada.

-Si, pero... Hay algo más ¿no es así?- observo al joven Jedi y prosiguió-. Detecto un profundo enojo en ti con solo decir su nombre.

Anakin frunció el ceño, al parecer recordando algo o por el comentario de su compañero.
Miro por la ventana y se volteó a verlo.

-Casi hace que maten a la senadora.- soltó la llave y golpeó la mesa-. Y yo habría sido el responsable.

Se apartó de la mesa de trabajó y paso a lado de Rey, ella estaba observando todo eso, tratando de captar todo.

-La senadora ha riesgado su vida muchas veces.- dejó el casco y este se aproximó a la cama-. Creo que sabe cuidarse sola.

El Jedi Skywalker se acercó a una pequeña nave escala y la tomó en sus manos; giró un poco la cabeza para contestar al otro hombre.

-Tuvieron una relación.- se sentó sobre las cajas que estaban en la habitación.- yo... lo que creó es que es vulnerable a sus sentimientos.

Bajó la mirada al pequeño juguete.

El hombre con la abundante barba se encontraba de pie al otro lado de la alcoba. Mantenía un porte recto y los brazos detrás de la espalda.
Observó al joven, de la misma manera lo haría alguien que sabe exactamente que esta pasando, alguien que sabe la verdad, pero espera oírla.

-¿Ella... O tu?

La imagen se deformó, y esfumó como humo.
Rey se encontró de nuevo en el estanque y luego bajo sobre sus pies.
El lugar era colorido,  nunca había visto algo tan hermoso.