Cap. 3

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1000 i'wos después de la caída de Saturno.

La tierra. Ciudad de Nyx. 11:45 am.

¡Maldito oscuro!

Sabía que no podía haberlo confundido. Era realmente él. Realmente era Thayer, con aquella mirada eclipsante y esa sonrisa malvada que me exasperaba hasta dejarme sin aliento.

No esquive la mirada de inmediato de él, y un extraño escalofrió recorrió todo mi ser nuevamente.

¿Era real? Ni siquiera sabía porque seguía preguntándomelo.

Ahí estaba, incitándome a decir su nombre, incitándome a golpearlo en frente de todos o a hacer algún movimiento que me dejara al descubierto. Y estaba a punto de hacerlo, estaba a punto de matarlo ahí mismo, pero bastaba con un guiño para dejarme inmóvil, y luego desapareció en una leve bruma grisácea. Desapareció como si nunca hubiera estado ahí.

Sentí un repiqueteo en la parte baja de mi cabeza como señal de que me faltaba muy poco para manifestarme como oscura y la idea hizo que me estremeciera a un grado mortal. Y fue mucho peor cuando note que Ryker aún me sostenía de la muñeca, preocupado.

Me aleje de su agarre rápidamente y voltee mi atención hacia el Sat de luz que me observaba de una manera tan diferente a como Thayer lo había hecho.

- ¿Qué sucedió? —pregunto intrigado y aun en alerta. --¿lo encontraste?

No respondí.

Sus ojos se oscurecieron con consternación y pude sentir como sus emociones se arremolinaban de manera confusa en su mente, intentando comprender algo de todo lo que estaba pasando aquí. Y fue en ese momento en el que desee no ser luz, para no sentirme tan conectada con Ryker y también, para no sentirme tan débil como las alas de una mariposa frente a su energía.

- ¿estás bien, Zoee?

-Yo...no, mira...-no podía poner en orden mis pensamientos, así que deje salir lo primero que se me vino a la cabeza: --No tienes que preocuparte por mí, Ryker.

Al ver la decepción en sus ojos, mire en otra dirección.

-se ha ido...--señale con voz inestable, porque no sabía si eso era permanente.

Él no respondió nada, solo siguió mirándome con esos ojos de cachorrito, tan comunes en un Sat de su legión.

Puedo odiar a Ryker por ser tan bueno en un momento y luego sentirme culpable por ello en solo una fracción de segundo.

-Lo siento, Ryker. Es solo que... es mejor que me vaya.

Comencé a caminar en dirección contraria de donde se encontraba él, pero una extraña sensación de desequilibrio me sorprendió. Tuve que apoyarme en un buzón del correo y entrecerrar mis ojos, porque no podía centrar mi vista en nada.

Crónicas Saturnianas I : Híbrida (No Editada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora