Capítulo 4 : Corre

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—¿Qué película prefieres? ¿Destino sangriento o Posesión paranormal? —grita Lucas desde el salón.

Ana está en la cocina, junto a la ventana, metiendo las palomitas en el microondas.

—¿Podemos por una vez ver algo que no de miedo o tenga sangre? Por favor. 

Lucas acaba accediendo, muy a su pesar. 

La chica, mientras sonríe victoriosa vierte las palomitas en un bol. Mete la mano en él y coge una.

Un escalofrío la recorre la espalda de repente, nota que algo va mal. Se siente asustada y desprotegida, sin razón aparente para estarlo.

Levanta la vista e intenta calmarse mirando hacia el jardín de los vecinos y concentrándose en la vista de los niños corriendo y jugando al pilla pilla. Sonríe al recordar su propia infancia y la sensación de angustia se marcha levemente. 

Hasta que lo ve.

En un callejón que hay entre las dos casas de enfrente, es ese chico. Está segura. 

Su cabeza la dice que se quede quieta, pero su instinto es mucho más fuerte en este momento y casi subconscientemente sale por la puerta principal corriendo lo mas rápido que puede.

Lucas se queda boquiabierto unos segundos, sin poder reaccionar ante el ataque de su amiga pero seguidamente sale tras ella.

Según va acercándose al callejón Ana puede verle mejor. Se queda en un rincón y no se molesta en moverse, no huye de ella. Hoy va vestido diferente, más formal. Bajo su camisa se puede atisbar el comienzo de un tatuaje, justo por la parte superior del pectoral derecho. Es casi imperceptible a la vista, lo único que se distingue con claridad es que se trata de letras. Una frase quizá. Ana puede ver que sus ojos son verdes, cosa que no pudo adivinar ayer. Además ahora parece mucho mas fuerte y peligroso. Ella quiere huir, quiere gritar y echar a correr de vuelta a su casa. Pero, la curiosidad vence al miedo, y entonces habla.

—¿Quién eres?

Procura que su voz no tiemble, aunque fracasa estrepitosamente.

Él no responde, se limita a mirarla curioso. Casi sorprendido, preguntándose qué tendrá esa chica de especial.

—Aléjate de ella o te parto la cara tío —dice Lucas posicionándose frente a Ana y haciendo de barrera entre el chico y ella.

En ese momento Jake les lanza una mirada, primero a ella y después a Lucas. Y esboza lo que parece ser una sonrisa. Acto seguido sale corriendo hacia el lado contrario del callejón, hacia la zona opuesta de la urbanización. 

Ana hace intención de seguirle, pero Lucas la coge de la manga del jersey para impedírselo. 

—No, déjame. Tengo que hablar con él, es el mismo que vi en la fiesta.

—No vas a hablar con ese tío, ¿vale? Tenías razón, da mal rollo. Creo que debemos avisar a la policía. Presentarse en tu casa puede considerarse acoso, ¿no?

—Lucas  —le tranquiliza la chica—. No se ha presentado en mi casa, estaba en la urbanización. 

—Ceca de tu casa…

—Lo sé, pero aún así creo que no deberíamos llamarles. No creo que puedan hacer nada, lo máximo que harán será asustar a los vecinos. Creo que debería contárselo a mi madre, ella sabrá que hacer.

El chico guarda silencio unos segundos, analizando en su mente si esa es la mejor idea. Y finalmente asiente, aunque no muy convencido.

—Vale, luego hablaremos con tu madre. Vamos a tu casa  —dice mientras rodea con el brazo a su amiga.

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