Primer vistazo

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No era tanta la espera que aún se tenía que hacer en esa luna para la llegada de Sisc, todo marchaba a la perfección, él sabía que pronto estaría con el amor de su vida, solo anhelaba verla a los ojos y sentir una vez más su calor, fue así como de un momento a otro algo inquietaba al astronauta, fue como de pronto escuchaba que alguien le hablaba, al principio pensó que estaba loco pues el espacio puede tener demencia, pero la voz era cada vez más fuerte y más cerca.
-¿Con que buscando el amor?- lo decía con un tono burlón- mira que lastima de das.
∆Quien eres?- volteaba Sisc rápidamente- o más bien que quieres.
- Clásica pregunta humana, tienen miedo a lo desconocido, tan bajos, tan ilusos, bueno creo que es mejor dejar tanto misterio y presentarme, no tengo un nombre fijo pero puedes llamarme Nag, así me dice el tonto Saturno, oh!!- exclamó- creo que eso iba de más.
∆ No tengo idea de que eres, quizá solo estás en mi imaginación.
- Oh tonto, soy más real que lo he buscas.
∆ Sí eres tan real porque no puedo verte?
-Digamos que algunas cosas pueden aparentar ser otras, llevas mucho tiempo sin revisar tu entorno.

Fue entonces que Sisc vio a su al rededor y frente a él estaba aquella silueta más grande en tamaño y aparente fuerza, no tenía una forma definitiva solo un color verdoso.

- ¿Sorprendido?- lo decía mientras se alejaba un poco.
∆ Ni un poco- Decía Sisc manteniendo la calma- eres peor que muchos desechos en la tierra.
- Vaya, si que tienes valor muchacho tonto, pero en fin vengo aquí porque en ti veo la oportunidad de ser libre.
∆ Yo? Ayudarte? Ni siquiera se que eres.
- No es necesario, digamos que veo en ti potencial.
∆ ¿Potencial?, Claro, me lo han dicho unas cientas de veces.
- Sigo sin levantar mi palabra al llamarte tonto.
∆ Está bien basta entonces de esto, tengo algo muy importante que hacer y tú no me aportas nada, así que déjame en paz.
- Bueno, seré directo ya que eres lo más cercano a oportunidad que tengo, digamos que hay alguien que igual está buscando lo mismo que tú.

Conforme la plática iniciaba entre los dos nuevas cosas salían, nuevo conocimiento, quizá un plan para algo desconocido, cosa que Sisc no desaprovechó, una oferta de llegar más rápido a cambio de un favor, así que Nag le dió una daga hecha del diamante más puro y fuerte de todo el universo observable, todo se tornó ahora de otro modo, no solo era una misión de rescate, era un intercambio, Sisc no pensó dos veces para darle un primer vistazo.

La astronautaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora