La astronauta

El viaje comienza

La máquina nos está durmiendo, poco a poco estoy dejando de escuchar a los pilotos, esos tontos robots hacen tanto escándalo. La nave no se moverá hasta que la tripulación humana este profundamente dormida...
∆Luces fuera∆
Se escuchó la voz del capitán N.E.A.-14 (Navegador Espacial Automático).
∆ ¡Todos vamos a sus lugares, este viejo balde no se moverá sólo!.
Y el viaje comenzó.
∆Tiempo estimado en llegar es de 47 días terrestres, cada sonda tiene asignada cuidar las máquinas en donde duermen los humanos, en especial la 7F, en ella se encuentra la capitana Liliana y su prometido.

Durante el tiempo que duermes tu cuerpo mantiene el tiempo en el que quedó, no avanza dentro de la máquina, pero si puedes soñar...
Recuerdo que en mi sueño estaba sola en el espacio, la única compañía era mi traje, al parecer salí de la nave y me olvidaron, había una extraña silueta naranja con gris, hasta que que escuche una voz que decía, "Destino completado". Wow!- 47 días y solo sentí 10 segundos de sueño.
Miré y Sisc ya no estaba, ese hombre tan lindo ya estaba listo para la acción y yo aún dormía haha.
+¡Vamos nena!- dijo con un tono de burla- estamos más cerca de lo que creés.
Entonces me alisté, fui con él a la cabina de mando y veíamos admirados aquel portal que nos llevaría a nuestra misión.
Esta era una de revisión, ya que anteriormente se habían enviado 3 naves pero ninguna regreso.
Cada quien tomó un lugar, era el momento que el poder humano se notará más.
Sisc comenzó a dirigirnos a ese lugar, poco a poco fuimos adentrándonos, fue una experiencia única, ver cómo todo eran tan brillante y lindo, muchos colores nos abundaban algunos que nunca habíamos visto.Fue así como nuestra misión estaba iniciado, todo era perfecto, hasta que uno de los acompañantes grito aterrorizado: - Miren!! Haya!! Las naves!!.
Creímos que la misión había acabado pues fácilmente encontramos las naves, pero al irnos acercando el panorama cambiaba, estas estaban destruidas, como si alguien las hubiese atacado sin piedad. Es cuando el mismo tripulante exclamó con miedo y pánico:
- ¡Miren! La sombra!