—Ya voy cariño —le escucho decir a la señora rubia con toda la paciencia del mundo.
Jack no deja de verme y lanzar toda clase de odio sobre mí.
¿Qué estará pensando cada vez que destella un brillo raro en sus ojos?
¿Qué le pasa?
Ni siquiera le he hecho algo demasiado malo para que tenga esa actitud conmigo, no puedo comprender a qué juega.
Ruedo mis ojos y aparto mi mirada para enfocarme en su madre. No quiero seguir viendo algo que me hace mal.
¿Mal?
¿Me hace mal su actitud?
Pego una de mis manos a mi frente, y me digo a mi misma lo tonta que soy haciéndome esa pregunta, la actitud de un chico a quien no conozco, no debería de importarme.
Su madre me sonríe tímidamente, quizás solo esta avergonzada por la actitud tan maleada que trae su hijo, no puedo creer que este tipo que ahora camina en dirección al auto lujoso, sea un hermano en Cristo.
Lo siento señor, pero ya no seguiré aguantando sus malas vibras, desde el inicio no hemos chocado, creo que no hay ni una sola conexión para formar simpatía entre los dos.
—Creo que se la entregaré después que venga de clases —digo refiriéndome a la biblia, ya era tarde y no quería regresar de donde hui hace un par de minutos, ya estoy teniendo suficiente por hoy, primero los gritos de mi madre con sus mezcla de sarcasmo y reproches, y ahora aparece este tipo a terminar de arruinarme mi día con sus malas vibras.
—Está bien cariño, ¿Y a qué escuela vas? —pregunta viéndome fijo con una ternura que deseara que mi madre la aprendiera.
—Yo voy a The School for the Talented and Gifted.
—¡Es la misma que va Jack! —dice emocionada.
¡Bravo! Y viera que yo feliz de saber eso.
Internamente ruedo mis ojos, como deseara que no fuésemos a la misma escuela.
—Sí, él y yo somos compañeros —paso una de mis manos sobre la correa de mi bolso y bajo mi mirada para que no note lo molesta que me siento.
—No lo sabía, creo que anda de mal humor desde que venimos a Dallas —dice señalándolo con su dedo pulgar. Haciendo lucir la situación un poco más liviana. Le doy una gran sonrisa y subo la biblia de mi madre al pecho para abrazarla.
—Tal vez porque siente que el lugar es desconocido — digo tratando de seguir con la plática y no ser tan grosera.
—Creo que tú me podías ayudar para que él se pueda sentir mejor aquí, —dice sin quitar su sonrisa —Se nota que eres una chica muy agradable —pone una de sus manos a mi hombro y lo acaricia suavemente.
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Querido Idóneo [Borrador] (Completa)
SpiritualAbigail era una chica muy cristiana, a pesar de sus 15 años, era muy madura en los caminos del señor, todas las noches al momento de acostarse le pedía a Dios que mandara a su idóneo, ese hombre que con solo verlo reflejará el amor que provenía de l...