Capítulo 38.

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Mayra me estuvo viendo como si sus ojos fueran dos par de balas perforándome el cuello, fue tan incómoda la primera hora de clases, no saben cuánto, por suerte ya pasó, les puedo asegurar que la luz apareció al final del túnel.

Gracias a Dios no me hizo una escena de novia celosa, aunque a decir verdad, le debería de quitar la etiqueta de novia, porque ella no es más la novia de Jack, Sonrío al pensarlo.

Abi, definitivamente estas demente dejándote llevar por emociones.

Sigo sonriendo sola y Anabel lo nota.

—Estás extraña amiga —dice arrugando su frente y viéndome a los ojos.

—Estoy feliz por mi nota de Historia, es todo —arquea una ceja y sonríe pícaramente.

—Sabes muy bien que me tienes que contar lo que anda por ahí en los pasillos —mi rostro pasa de felicidad a estupefacción.

—¿¡Que!? ¿Yo ando en boca de la escuela?

—Aja —afirma Anabel —Pero yo quiero escucharlo de tu boca, ¿es verdad que andas con el recontra papacito de Jack? —abro mi boca y no sé si reír o llorar.

—Pero...pero...

—¿Verdad o no? —arrugo mi nariz y niego con la cabeza.

—Obvio que no —digo casi indignada.

—No sabes el alivio que me da saber que no me ocultas cosas todavía, como tu mejor amiga, —dice poniendo su mano en el pecho y levantando su vista para todos lados— Las noticias de ese tipo se tienen que filtrar primero por mí. Lo sabes muy bien, sino es así, seria alta traición —ruedo mis ojos y pego un suspiro de cansancio.

—Deja de decir bobadas —digo haciéndola reír —Sabes muy bien que si algo pasa conmigo, tú eres la primera en saberlo, no es necesario que me lo exijas disimuladamente.

Bajo mi mirada y veo mi cuaderno, era hora de irme, Jack dijo que me vendría a buscar a la salida, pero no lo he visto en casi todo el día, a excepción de una clase que nos tocaba juntos.

—¿Nos vamos? —pregunta Anabel.

—Creo que hoy no me iré en el autobús —Anabel sonríe y levanta sus cejas.

—Claro, vendrán por ti, ¿no? —arqueo una ceja y le doy respuesta a sus pensamientos extravagantes que ella se gasta.

—Deja de hacerte ilustraciones mentales, ya te dije que él y yo solo somos amigos, y lo seguiremos siendo por mucho tiempo.

—Abi —Anabel baja un poco su mirada y deja salir una pregunta de aquellas que no me esperaba.

—¿Qué?

—¿Estas segura que quieres tener novio a esta edad? —ladeo mi cabeza, hundo mi ceño y abro un poco mis labios.

Me sorprende esa pregunta viniendo de ella, realmente mi mejor amiga ha tenido novio desde los 14 años y jamás pensé que me preguntaría si estoy segura de sí quiero tener novio o no a mis 15 años.

—¿Por qué me haces esa pregunta? —ella rasca su cabeza y sus ojos ven los míos.

—Abi, es que creo que no es una buena edad para esas cosas —abro mis ojos y me quedo pasmada de lo que me sigue diciendo —Te lo digo en serio. Mira, —toma mi mano y sonríe un poco, para que la conversación pueda ser menos pesada —Sé que Jack es un tipo muy guapo y tiene todo lo que una chica de nuestra edad desea, pero creo tú no estas preparada para sostener algo con él —niego con mi cabeza y aparto mi mirada de la de ella. Sigo sin entender y creer lo que escucho.

—¿Me lo dices tú? —regreso mi mirada a ella, ahora muy molesta —No te entiendo Anabel, hace poco eras tú la que me incitabas a tener experiencias con chicos, en incluso me apoyabas con cada ilusión que aparecía de la nada. Me decías que debía de quitarme esa timidez que salía cuando un chico me gustaba. Y ahora estas aquí —digo moviendo mis manos señalándola —diciéndome que no tengo edad para tener una relación.

—Por favor, Abi —ruega con ojos tristes —No me mal interpretes ¿sí? Yo solo quiero protegerte, me he dado cuenta de la peor manera que en la adolescencia no se juega a ser mujer, a formar una relación —las lágrimas salen de sus ojos y me hace tomarle la mano y dejar mi enojo por asombro mezclado con incertidumbre.

—¿Qué pasa, Anabel? —ella sonríe tratando de ocultar lo que por sus mejillas derramaba.

—Pasan muchas cosas —dice bajando su mirada —más de las que quisiera...

—Anabel, mírame por favor —imploro —Mírame —lo hace y más lagrimas se deslizan por sus mejillas.

—Quiero que me digas lo que te ha pasado, tú nunca te has expresado de esta manera de las relaciones.

—Abi, nunca es tarde para retractarte —su voz sube y eso no es bueno, está molesta —Solo quiero protegerte ¿No entiendes? Tú y yo no estamos lista para una relación, tenemos que crecer, madurar, hacernos una vida, no todo se resumen en encontrar un idóneo y vivir feliz para siempre, no, los cuentos de hadas no existen —abro mi boca y me quedo perpleja escuchando todo lo que está diciendo muy molesta —Los cuentos de hada nos los hemos creado nosotras, ¿y después que pasa? Nos hacen caer de muy alto, y te das cuenta que nada valió la pena, que todo lo que te decía un adulto acerca del amor, es verdad.

—¿Quién te hizo tanto daño para que dejaras de creer en el amor? —le pregunto subiendo una de mis manos para acariciar su mejilla y bloquear sus lágrimas.

—La vida —responde —La vida me ha enseñado que he tratado de saltar etapas, y me lo está reclamando con creces.

—Anabel, sé que no quieres hablar de lo que sea que te haya pasado, pero me preocupa verte así.

—Estoy bien —informa apartando su rostro y levantándose de su asiento —Solo quería darte un consejo —me ve con ojos triste, casi a punto de volvérsele a salir las lágrimas —Quiero que me prometas que no iras muy rápido con Jack, por favor.

—Yo...

—Prométemelo por favor.

—Esta bi...

—Aquí estas, —su voz nos hace voltear a ver a su dirección, y darnos cuenta que la plática había quedado en el aire.





Querido Idóneo [Borrador] (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora