Observo el campo donde jugadores del último año se desplazan como peces en el agua. Eran bien grandes y con una masa muscular bien definida.
Trago saliva mientras avanzo en medio de sus maniobras.
Parecía un Minions rebotando en medio de gigantes.
—Hola, Abi —saluda Andrés, un chico que había tenido la oportunidad de intercambiar ideas en un almuerzo. No niego que es bastante apuesto, cabello castaño claro, y unos ojos de su mismo color de cabello, que derretían a cualquier chica, todas, menos yo, y no logro entender por qué, Abigail O' Connor la chica más enamoradiza, no se había fijado en Andrés, el chico que coqueteó conmigo una y mil veces.
—Hola —digo de forma amistosa sin detener mis pasos. Andrés camina a mi mismo ritmo pero en sentido contrario para no despegar su mirada de mí.
—¿Qué haces aquí? —pregunta moviendo el balón de color marrón.
—Ando buscando a Hugo, ¿lo has visto?
—¿Hugo? —su ceño se hunde —Pues sí, lo he visto.
—¿En dónde? —mi desesperación fue tan evidente que Andrés hunde más su ceño.
—Allá —señala con su dedo índice y mi rostro lo persigue. Me detengo y veo que Hugo estaba cerca de las bancas de descanso. Vuelvo a empuñar mis manos y doy la media vuelta para dirigirme hacia el lugar.
Eres hombre muerto, Hugo.
—Abi, oye, Abi —Andrés me persigue de nuevo y me hace sentir incomoda. Se planta en frente mío y hace que me detenga —¿Sucede algo con él?
—No —digo cortante tratando de salir de su presencia tan enorme.
—¿Entonces por qué te noto tan molesta? —cruzo mis brazos y muerdo mis mejillas, mi indignación ya no la podía controlar.
—¿Sabes qué? sí, sí y sí sucede algo con ese tipo tan... —no puedo ni pronunciar palabra, solo de verlo ahí, a unos cuantos metros de distancia me produce repulsión.
Abi, recuerda, Airaos, pero no pequéis.
—¿Tan qué? —puedo ver un destello de sonrisa en el rostro de Andrés.
—Tan... ¡Ay! —exclamo molesta caminando por un lado del escultural cuerpo del castaño.
—¡Abi, no! —escucho como camina apresurado atrás de mí.
—¡Déjame en paz! —grito.
Llego en frente del ser más miserable que he conocido.
Su sonrisa aparece cuando me ve.
—Vaya, ¿a quién tenemos aquí? —levanta una ceja y yo solo me quiero quitar un zapato y aventárselo en el rostro para que se le quitara lo sínico —¿Vienes a unirte a mi club de admiradoras?
—Lo que vengo es a romperte la cara —digo molesta.
Hugo estalla con una carcajada echándose para atrás.
—Abi, vámonos—su susurro me hace sentir escalofríos, pero no como los que me hace sentir Jack, no, este era del susto que me causó sentirlo tan cerca y de repente.
Giro mi rostro molesta.
—No —digo segura. Él toma mi brazo.
—Por favor, te meterás en problemas.
—Déjame —vuelvo a decir.
—Oigan, ¿ustedes dos andan? En serio hermano —dice dirigiéndose a Andrés — Amarra a tu chica, creo que está loca.
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Querido Idóneo [Borrador] (Completa)
SpiritualAbigail era una chica muy cristiana, a pesar de sus 15 años, era muy madura en los caminos del señor, todas las noches al momento de acostarse le pedía a Dios que mandara a su idóneo, ese hombre que con solo verlo reflejará el amor que provenía de l...