—¡Hola Abi! —Mayra me saluda con el mismo entusiasmo que yo, sus brazos me envuelven y me acercan a su pecho, su perfume tan fino y delicado me hace sentir bien. Esta chica es lo más dulce que he conocido, amo su manera de ser, es mi ejemplo a seguir —Cariño, no me esperaste —reclama con voz suave a Jack, quien ya se encuentra cerca de nosotras.
Me aparto de Mayra y los veo con una sonrisa, pero la respuesta de Jack me deja atónita.
—No tenía por qué —sus manos se colocan en su pantalón de mezclilla con una actitud desafiante.
Mayra cambia su rostro a uno que desconocía. Su molestia es tan evidente, que no dudo que se le aviente a Jack para darle un par de bofetadas. ¿Y por qué no? Él se las merecía, es un ser tan malvado que se merece muchas cosas malas, es increíble que hasta con su propia novia sea tan cruel, lo fue con su madre, qué puedo esperar.
¡Ándale Mayra! dale un par de buenas palmadas en su bello rostro por tu nombre y él mío.
Ella se acerca a él y hace todo lo contrario de lo que me estaba imaginando. Acaricia su rostro y yo solo puedo encogerme de hombros.
—Cariño, que chistoso eres —besa su mejilla. Toma su mano, y sin decir nada más, lo arrastra a un lugar más privado.
Muerdo mi labio inferior mientras me hago especulaciones de qué puede pasar entre ellos dos ¿Será que discutirán por la respuesta de Jack?
Camino en dirección a donde se encuentran mis amigos gritando de la emoción, viendo como la bola remota hasta dar un tiro certero.
Mis pensamientos me embriagan como si estuviera en él más allá y me hace recordar algo que no me esperaba.
¿Sabes? Para ser muy bonita, preguntas demasiado. Solo acepta el "lo siento" y no preguntes más.
¿Por qué estoy pensando en el último mensaje que me envió Jack hoy?
Cierro mis ojos deseando olvidar todo, y lo logro. Pero mi felicidad no dura cuando su voz me susurra al oído: —Es bueno que dejes de pensar un poco en mí.
Abro mi boca para luego cerrarla con una línea bien definida. Empuño mis manos y me quedo tragándome todo el coraje que sus palabras me hacen sentir.
Mayra camina atrás de él sin saber lo que acaba de hacer, o eso pienso yo. Toma una de las bolas de colores y le da una a Jack con una gran sonrisa. Bajo mi mirada, con que está todo bien entre ellos dos, después de todo.
Signia me hace de señas que reaccione con sus manos alzadas hacia arriba y lo hago. Sonrío y camino a donde está ella.
—Oye señorita ¿En qué pensabas cuando mirabas detenidamente a la pesada de Mayra y su novio? —niego con mi cabeza. Que tonta que soy, como no me percate que estaba siendo demasiado obvia.
—En nada —respondo.
—A mí no me mientas —dice bajando la voz —Sé que Jack te susurró algo al oído —abro mis ojos y me acerco más a ella.
—¿Qué dices?
—Lo que vi, no sé a qué juega Jack —levanta su mirada y los ve, regresa a mí y pega un suspiro de cansancio —Conozco a este tipo de hombres Abi, y estoy segura que no traen nada bueno.
Hundo mi ceño y no entiendo nada.
—Pero a ti te cae bien, ¿por qué piensas que es malo? —Signia niega con su cabeza.
—En realidad no creo que sea malo —rasco mi cabeza. Estoy más confundida que nunca.
—¿Entonces?
—Lo que quiero decir es que tengas cuidado, es todo. Pueda que me equivoque con Jack, pero por si acaso...
—¡Un momento! —interrumpo —¿Acaso piensas que él y yo? —Signia saca una sonrisa obvia y yo solo arrugo mi frente y hago un gesto de desagrado —¡Por Dios! ¡No!
—Abi yo...
—Antes que sigas —vuelvo a interrumpirle —No es una opción ver a Jack como uno de los tipos que me guste, es verdad que soy una chica desesperada por amor, que fantaseo con mi idóneo y lo sabes...
—Abi...
—Sí, lo sabes porque te lo he dicho, no una, miles de veces...
—Abi...
—Es mi sueño, lo sé, pero nunca me enamoraría de tipos comprometidos...
—Abi...
—Jamás. Además, por primera vez en mi vida no veo a un tipo guapo con ojos llenos de amor...
—Hey...
—Todo lo contrario, ese chico está a punto de pasar la línea de la tolerancia a intolerancia perpetúa...
—¡Abi! —su grito me hace brincar y poner la manos en mi pecho por el susto. Veo todos los ojos enfocados en mí, sonrío como idiota sin retorno ¡No! ¿Han escuchado cada palabra que dije?
No puedo obligarme a dar una respuesta, porque no la quiero, no quiero saber lo que mis amigos y Jack han escuchado.
Sin esperar a que reaccionaran salgo casi corriendo al lado de los baños.
Cierro la puerta y camino desesperadamente para sostenerme en la cerámica de los lavamanos. Mis ojos suben al espejo del lugar y miro como mi pecho sube y baja.
—¡Qué tonta eres Abi! —me recrimino en voz alta —Ya no puedes controlar ni tu propia lengua —saco una bocanada de aire, y hago un recuento de las sandeces que dije, el alivio regresa a mi cuerpo, cuando me doy cuenta que en ningún momento mencione nombre —Gracias a Dios —una de mis manos se pega a mi frente para después deslizarse por mis rulos como muestra de haber soltado un gran peso de encima.
Bajo mi mirada y enciendo la llave del lavamanos, uno mis dos manos y mis palmas capturan una cantidad suficiente de agua para mojar mi rostro. Necesito dejar de pensar tanto, de desperdiciar mi tiempo en cosas que no tienen relación con mi vida.
Apago la llave y vuelvo a hablar conmigo misma —Deja de pensar tanto, todo está bien —y con esas palabras salgo del baño.
Camino al área del contenedor de refresco, abro la puerta y el aire helado se filtra dándome una sensación de frío. Tomo un jugo de fresa, sí, me encanta la fresa en todo. Quito la tapa de la botella y me la empino, siento como lo helado refresca mi garganta hasta dejar las malas sensaciones a un lado.
Todo está bien, todo está bien.
Me estoy contralando, hasta que su voz interrumpe mi mantra.
—¿Me puedes decir por qué eres tan prejuiciosa? —ni siquiera me molesto en verlo —Dime por qué —sus ojos ya están puesto en los míos, está parado enfrente de mí en cuestión de segundos.
—Déjame en paz Jack—me atrevo a decir.
—No lo haré, esto apenas empieza Abigail, no te imaginas como disfrutaré cada momento en que te vea desesperada, cada segundo que chilles por fastidio, prepárate, que el juego acaba de empezar —besa suavemente mi mejilla y se retira así como apareció.
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Querido Idóneo [Borrador] (Completa)
EspiritualAbigail era una chica muy cristiana, a pesar de sus 15 años, era muy madura en los caminos del señor, todas las noches al momento de acostarse le pedía a Dios que mandara a su idóneo, ese hombre que con solo verlo reflejará el amor que provenía de l...