Capítulo 39

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Luego que conversamos con el abuelo, Kwangmin y yo nos quedamos solos. No pude mirar a los ojos a Kwangmin y solo me limité ofrecerle desayuno.

KM: Comeré lo mismo que comas – respondió

No tenía muchos deseos de comer, pero decidí hacer algo sencillo para que ambos desayunáramos. Mientras preparaba el desayuno, Kwangmin entró a la cocina a disque hablar, pero terminamos discutiendo.

KM: ¿Porque elegiste a mi hermano para todo esto? – preguntó

EK: Fue quien siempre me apoyó en todo, incluso cuando me fui a Estados Unidos – respondí

KM: ¿Así que él sabía que estabas en Estados Unidos? – preguntó

EK: Él sabía que saldría del país, no donde estaba – respondí

KM: ¿Y porque no me lo pudiste decir? – respondía

EK: Porque en aquellos días estaba dolida por tu manera de tratarme cuando me creíste que soy hija de tu padre y que mi madre tuvo una aventura con tu padre. Eran aquellos días que me hiciste sentir miserable y por desquite decidiste salir con Raquel para humillarme y hacerme llorar. Igual que ahora – respondí

KM: Se te olvida que esta vez fuiste tú la culpable – respondió

EK: Se muy bien que ahora quien tuvo la culpa soy yo, no tienes que recordármelo cada vez que puedas – respondí

KM: Al fin de cuentas eres una mentirosa – susurró

EK: Si claro, admito que te mentí, pero eso no justifica que estés saliendo con Raquel – respondí

KM: Salgo con quien yo quiera, soy dueño de mi propia vida y que tengamos un hijo en común no significa que tengo que andar atado a ti – respondió

EK: Se me olvida, eres impulsivo y cuando estas molesto no mides tus palabras – dije

Dejé a mitad el desayuno y me encerré en la habitación. No pude evitar empezar a llorar tras lo que acaba de pasar. Lo amo y ni siquiera me escucha ni mira lo que estoy sintiendo. No puedo evitar sentir celos ante la idea que está de nuevo saliendo con Raquel. Tengo tanto miedo de perderlo que estoy luchando contra nada. Él no me quiere cerca ni quiere nada conmigo y eso me dolía más que cualquier otra cosa que pueda pasar entre nosotros. La rabia, la frustración, la incompetencia que sentía me hacia llorar con mas coraje. Pero era mas mi sentimiento de perdedora que cualquier otra cosa. Solo quiero que Kwangmin me diga que todo está bien, que nada pasó y que me perdona, pero solo escucho sus crueles palabras que me recuerdan una y otra vez que le mentí, haciéndome sentir miserable y triste.

-NARRA KWANGMIN-

Cuando miré sus ojos noté que lo último que dije le dolió. Aunque no se como expresar lo que siento, no puedo evitar decir lo que siento. Al verla dejar a mitad el desayuno, decidí terminarlo de cocinar. Luego que lo serví le llamé para que desayunara.

EK: No tengo hambre – gritó desde el otro lado de la puerta

No dije nada. Solo me quedé pensando que decirle, pero no había palabra alguna para al menos intentar convencerla que desayune. Luego de un rato pensando que debía hacer, me retiré de frente a la puerta y me senté en la mesa para intentar comer el desayuno. Algo me hacía sentir incomodo y triste, por lo que no pude al menos comer una tostada. Me levanté y me dirigí de nuevo a la puerta de la habitación de Eun Ki.

KM: ¿Podemos hablar? – pregunte

EK: Para que, para restregarme en la cara tus razones por la que estas saliendo con Raquel – respondió

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