Capítulo 43

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-NARRA EUN KI-

Al ver a mi hijo de nuevo fue la sensación más tranquilizadora que jamás he experimentado. Estar tanto tiempo sin él, sin verlo ni escuchar hacer sus típicos alborotos fue desesperante para mí. Estaba tan acostumbrada a su presencia que al arrebatármelo de los brazos fue lo peor que pudieron haber hecho. Mientras procuraba que mi bebé estuviera bien, me pregunté quien entregó a mi hijo para que hoy estuviéramos tranquilos al tenerlo de regreso. Me acerqué a preguntar sin pensarlo mucho.

EK: ¿Puedo saber quién fue el que entregó de regreso a mi hijo? – pregunté

Policía: La persona está bajo interrogatorio, si desean saber quien es pueden esperar sentados – respondió

Yo quería saber quien fue, quien tuvo la compasión de entregar a mi hijo a sus padres y acabar con la agonía. Si Kwangmin no hubiera estado todo este tiempo a mi lado, posiblemente me hubiera deprimido tanto que quizás no estuviera aquí para contarlo. Pero ya mi bebé está en mis brazos y escucho sus alborotos que no me molestan para nada. Sentía su pequeño cuerpo y su respiración haciendo evidente que está de regreso. En la espera, mi bebé empezó a llorar en queja de estar hambriento. Kwangmin salió al mercado más cercano para comprar unas comidas para alimentarlo. Rápido que regresó, alimenté a mi niño y cuando menos lo esperé, salió la persona que entregó mi hijo de regreso. Allí estaba la persona menos esperada, Raquel. Se veía mas delgada y al ver que Kwangmin estaba justo a mi lado, se acercó.

Raquel: Posiblemente piensen lo peor de mí. Pero no fui yo quien se llevó al bebé, fue la abuela. Cuando regresé de Inglaterra, en una visita inesperada vi al pequeño. No sabia que era tu hijo hasta que en un comentario lo supe. Busqué la oportunidad de regresarlo. Quiero que sepas que podré odiarte Eun Ki pero jamás le haría daño al hijo del hombre que amo aunque no sea mi hijo. No tengo el valor de dañar a Kwangmin, y si ese niño es su sangre no seré capaz de hacerle daño. Para mi es dañar a Kwangmin y por encima de todo está él – dijo

KM: Gracias por devolver a mi hijo – dijo

EK: ¿Que le pasara a la abuela? – pregunté

Policía: Estará enfrentando cargos por secuestro de menores, por asalto a propiedad privada, por agresión y otros cargos – respondió

Lamenté mucho lo que le depara a la abuela, pero sé muy bien que sus intenciones fueron quitarme a mi hijo para reclamar la herencia del abuelo, que le castiguen con todo el peso de la ley. No solo daño a mi bebé, si no que me hizo sufrir como jamás merecí y eso no se lo perdono.

Policía: Testificaras encontrar de tu abuela – preguntó

EK: Si, si hizo daño a mi pequeña familia que inicié al momento de aceptar la llegada de mi bebé, quien le haga daño tendrá que pagar con creces todo lo que hagan en contra de mi pequeña familia – respondí

Policía: Entonces recibirás una carta de citación en la dirección que ofreciste en el momento de querellar el secuestro de tu hijo – respondió

Agradecí al policía y a Raquel por devolver a mi hijo. Junto a Kwangmin y mi hijo regresé al auto y nos regresamos a Seúl, al mismo lugar donde Kwangmin y yo decidimos hacer nuestra familia. Una vez en aquel lugar que hemos llamado hogar, fui a bañar a mi pequeño para luego darle una botella de leche tibia para luego acostarlo en su cuna hasta verlo quedarse dormido. Allí, una vez que se quedó dormido me quedé mirándolo mientras se veía que soñaba con los angelitos. Kwangmin al verme lo que hacía, se acerca y me toma de la cintura.

KM: Dejémoslo descansar tranquilo, nadie se lo llevara – susurró para no despertar a nuestro bebé

EK: No quiero quitarle la mirada, tengo miedo de alejarme y que no esté en su cuna – respondí

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