Capítulo 40

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-NARRA KWANGMIN-

Escucharla usar a nuestro hijo para intentar que estemos juntos me hizo enojar y evitar decir lo que pienso fue imposible. Los ojos de Eun Ki se llenaron de lágrimas cuando expresé mi sentir. Intenté decir algo para no verla llorar, pero de mis labios no salía una sola palabra. Me sentía triste al verla así y quise regresarme. Caminando a la puerta principal de la casa escuché a Eun Ki detenerme nuevamente.

EK: Perdón, perdóname – dijo con tono lloroso – lo admito que hice mal que no te debí ocultarte la verdad, que no debí mentirte, pero eso no quita que tenga sentimientos. Te amo tanto que no te imaginas cuanto me duele tu indiferencia, tu rechazo, tu lejanía, tu manera cruel de tratarme. No tienes idea de cuan fuerte es este dolor que siento por mi propia decisión. No quiero que me juzgues, suficiente tengo con lo que me dicta la conciencia, yo solo quiero que me perdones – dijo

KM: Ya te dije que me tomara tiempo. No fuerces algo que no sale naturalmente – pedí

EK: Perdóname – insistió

Su insistencia me hacía sentir inquieto, pero por ahora no me siento preparado para regresar a los brazos de ella. No puedo negar que la amo, pero todavía duele el recuerdo y aunque intente pasarlo por alto aun siento que duele toda su mentira. Abrí la puerta y antes de salir, volteé a mirarla. La vi darse media vuelta y dejar caer su cuerpo en el sofá. Rápido se acurrucó y no tardó en empezar a llorar.

EK: Perdóname – decía insistentemente – te juro que no lo hice con mala intensión, perdóname por favor – gritó

En ese momento sentí que mi corazón se hizo añicos al verla llorar con aquel único sentimiento que una vez vi y jamás escuché al estar cegado por las mentiras de mi padre. Cerré la puerta y me acerqué a Eun Ki para intentar primero de calmarla. Eun Ki empezó a darle golpes al sofá y a la mesa de cristal que estaba justo frente al sofá en el que estaba tirada llorando. Entre golpes logró hacerse una herida. Rápido le detuve al darme cuenta de que estaba herida y traté de curarle. Cuando le apliqué un poco de alcohol, rápido retiró su mano.

KM: ¿Te duele? – pregunté

EK: No mas que la culpa que siento – respondió cabizbaja

Rápido se levantó y se marchó a lo que es su habitación. Le seguí por el mismo camino y le detuve antes de que cerrara la puerta.

KM: Gracias por dejarme pasar un rato agradable con mi hijo – dije

EK: Después de todo eres su padre, no puedo negarle eso a mi hijo. Ya le negué que su padre fuera participé de ver como el crecía en mi barriga – dijo

KM: No te estoy reprochando – dije

EK: Quiero estar a solas, usualmente Min Ki se toma casi dos horas para despertar de la siesta, quiero descansar en ese tiempo – pidió

KM: Esta bien, ya estaba por irme – respondí

Me volteé y rápido caminé hasta la puerta de entrada. Allí, antes de irme vi a la sirvienta que le está sirviendo a Eun Ki.

KM: Por favor cuida de Eun Ki y de mi hijo – dije mirándole fijamente

Sonriente aceptó mis ordenes, pero tenia un mal presentimiento. Decidí regresar un momento a la casa de mis padres para luego regresar para asegurarme que todo esta bien. Le pedí al chofer de Eun Ki que estuviera al cuidado de ella y de nuestro hijo mientras regresaba. Apurado, me regresé a la casa de mis padres y busqué las ropas que usé en estos días para que mi hijo pasara el fin de semana con mis padres.

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